Luis Alberto López, conocido artísticamente como Valentino Lanús, ganó gran reconocimiento con su participación en la telenovela de 2001 “El juego de la vida”, la cual protagonizó junto a Sara Maldonado. Además de esa producción, el mexicano fue parte de otros éxitos como “Amar otra vez’', “Amar sin límites” y “Llena de amor”.
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Desde 1997, Lanús trabajó en más de 10 novelas hasta 2017, año en que decidió dar un paso al lado de la actuación para dedicarse a un nuevo oficio lejos de las cámaras. Su último trabajo fue en la producción de TV Azteca ‘Nada personal’, donde compartió set de grabación con otros actores como Margarita Muñóz, Kika Edgar, Matías Novoa y Juan Soler.
En las siguientes líneas, conoce lo que motivó el retiro de Valentino Lanús y otros detalles de su vida fuera de los reflectores.
La exestrella mexicana ha pasado los últimos años viajando por el mundo y desarrollando una conexión profunda con la naturaleza. A través de su cuenta de Instagram, donde acumula más de 100 mil seguidores, el hombre de 46 años transmite el gran amor y agradecimiento que siente por la vida.
La razón por la que decidió alejarse de la actuación es que sintió el llamado para convertirse en un guía espiritual. De esta forma, cambió su estilo de vida y, por consecuencia, su apariencia física. Ahora luce una larga melena y su forma de vestir es más sencilla, pero lo más importante es que irradia mucha tranquilidad y buena energía.
Actualmente, Lanús se dedica a las artes marciales y disfruta hacer yoga, así como en algunas ocasiones asiste a programas de radio y congresos sobre meditación.
En 2016, Valentino se convirtió en padre de una niña a la que llamó María Magdalena. Padre e hija practican diversas actividades para conectar consigo mismos y con la tierra, tal como ha quedado retratado en su cuenta de Instagram.
En una entrevista para el programa ‘Cuéntamelo ya’, el mexicano habló sobre lo que significa para él ser padre:
“No es un título, es un merecimiento y que sólo llegas estando en el lugar. Llegar a la paternidad y atreverte a decir: soy padre, requiere unos acontecimientos muy verdaderos y de un merecimiento, que hoy me atrevo a decir, estoy defendiendo para ganarme ese título y decir soy padre”.