“Balada de Pájaros Cantores y Serpientes”: Retrato de un mundo distópico [RESEÑA]

Es difícil creer que ya han pasado diez años desde que se estrenó la primera película de Los juegos del hambre. Todavía recuerdo el día del estreno. Quedé impactada por la violencia del universo y el heroísmo de la protagonista. La saga protagonizada por la emblemática y poderosa Katniss Everdeen concluyó su trama en 2015 con el estreno de Los juegos del hambre: Sinsajo parte 2, y no se volvió a oír de la franquicia en varios años. Ahora con Balada de pájaros cantores se desea volver al mundo de Panem (una suerte de Estados Unidos distópico) para observar el origen de uno de sus personajes más despiadados.

En Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes vemos la historia del presidente de Panem, Coriolanus Snow (Tom Blyth). En esta precuela conoceremos sus orígenes, cómo pasó de ser un muchacho en penurias a acabar liderando toda una nación. En el marco de los décimos Juegos del Hambre, Snow es elegido por su prestigiosa universidad para regir como mentor. En los juegos cada distrito de Panem envía una pareja de niños para luchar hasta la muerte. A Snow le tocará vigilar al tributo (joven elegida) del empobrecido Distrito 12, Lucy Gray Baird (Rachel Zegler), una cantante con una voz hipnotizante. Juntos buscarán la forma para que ella gane los juegos, aun si eso signifique que los demás contrincantes mueran.

DEL LIBRO A LA PANTALLA

La primera novela de Los juegos del hambre, originalmente publicada en 2008, destacó por presentar a lectores jóvenes una heroína admirable: no era siempre la más simpática, pero era noble y determinada en sus decisiones. Muchos también admiraron la manera en que la escritora Suzanne Collins llegó a plasmar un mundo creíble, con bastantes alusiones a nuestra realidad. ¿Niños muriendo a la vez que son televisados en un programa de entretenimiento? El mundo está tan cínico que no sería raro ver algo así en el mundo real.

Balada de pájaros cantores es consciente del legado que carga en sus hombros, y referencia constantemente a la historia que le dio forma en primer lugar (a veces eso lleva a que el guion cojee). Con esta precuela se intentaría ir más allá de la figura de Katniss Everdeen, y explicar cómo un mundo tirano puede llegar a estrujar la bondad de cualquiera. Traer al director de la saga original fue un momento eureka, para que las escenas de acción y el guion tuviesen la misma calidad que se pudo ver anteriormente. Viola Davis destaca como una reinvención del personaje del científico loco en el género de la ciencia ficción.

Si bien se aprecia las grandes aspiraciones de la cinta, hacia el final luce atropellada. No hay una figura de Katniss y se nota; con bastantes de los otros personajes intentaron rellenar su espacio en la historia, pero jamás llegan a su carisma o destreza heroica. Después de casi dos horas donde vemos a estos personajes avanzar en el mundo de Panem con una actitud práctica, parece que la trama se olvidó de añadir la maldad necesaria para justificar el origen de algunos de estos tiranos. Los dilemas de adaptar una novela a un nuevo medio.

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Pero son pequeños detalles que no estropean la cinta, y que nos hacen pensar, una vez más, qué haríamos nosotros en semejantes circunstancias.

Los juegos del hambre lideró la cultura popular en los 2010, al punto que intentaron copiarlo; uno de esos productos fue Divergente, pero falleció en su cuna. A pesar de la rápida caducidad del género de juventud distópica, los juegos originales siempre llegaron a destacar, no solamente por ser fieles adaptaciones de sus libros, sino por retratar un mundo crudo no tan lejano del nuestro.

DATOS

• Los eventos de esta nueva cinta ocurren 64 años antes de lo ocurrido en el primer filme de Los juegos del hambre.
• La autora de la novela y franquicia original, Suzanne Collins, volvió a la producción de esta cinta para escribir el guion.

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