Con la finalidad de prevenir futuros incidentes dentro del penal de Chiclayo, cerca de 150 agentes del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) y 200 efectivos de la Policía Nacional, montaron un megaoperativo y decomisaron 85 armas punzocortantes, 25 televisores, 120 galones de chicha fermentada, entre otras cosas. También se retomó el control del lugar en medio de la pandemia por COVID-19.
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Dos representantes del Ministerio Público también acudieron a la redada, misma que se ejecutó porque hubieron presos que en las últimas semanas mantuvieron una actitud desafiante y provocaron incidentes que comprometieron la seguridad interna.
En ese sentido, los uniformados registraron las celdas de los pabellones de reos comunes y máxima seguridad. En estos lugares se halló un centenar de enseres no autorizados.
Autoridades penitenciarias comentaron que la mayoría de estos artículos prohibidos, estaban en las cuadras de los internos que habrían liderado los últimos cinco motines registrados en el penal.
INTERNOS TRASLADADOS
Como medida de seguridad, el INPE dispuso el traslado de un grupo de reos que promovieron y participaron en los recientes actos de violencia en el lugar. También se reforzó la seguridad interna con 25 agentes penitenciarios adicionales.
El vicepresidente del INPE, Rafael Castillo, resaltó la labor profesional de este personal que enfrenta situaciones difíciles como protestas o motines. Actualmente el penal de Chiclayo alberga a 4679 internos; sin embargo, su capacidad es de 1143.
DATO:
Operativo duró alrededor de nueve horas y permitió imponer el principio de autoridad sin registrarse heridos, ni daños materiales en las instalaciones.
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