[OPINIÓN] Joaquín Rey: “La segunda contrarreforma”.(Midjourney/Perú21)
[OPINIÓN] Joaquín Rey: “La segunda contrarreforma”.(Midjourney/Perú21)

Ante la falta de iniciativas y medidas por parte del Ejecutivo para incentivar la alicaída inversión privada, es de destacar el compromiso y visión de algunos peruanos para, en el difícil contexto político y social que vivimos, sacar adelante proyectos que hacen una gran diferencia. Este es el caso del Puerto de Chancay, un proyecto 100% privado que tendrá un impacto realmente transformador para la economía e integración comercial del Perú con el mundo.

La importancia de este puerto radica en que será el primero del Pacífico sudamericano con la capacidad de recibir buques de 18,000 toneladas (los más grandes del mundo) con plena carga. Dadas las características de estas embarcaciones y la privilegiada ubicación de Chancay en el mapa de Sudamérica, el Perú se convertirá en el primer país de la región en recibir y enviar buques de contenedores en viaje directo desde y hacia el Asia.

A la fecha, la carga peruana debe primero ir a los puertos de Manzanillo en México o Long Beach en California, desde donde luego emprende el viaje transpacífico. Esto es lo mismo que deben hacer los buques que salen de Chile, Ecuador y Colombia. Gracias al trayecto directo que permitirá el puerto de Chancay, el tiempo de viaje total de las mercancías entre Perú y Asia se reducirá en aproximadamente 10 días (de 35 a 25). Eso es muy significativo pues, al reducirse el costo de transporte, nuestras exportaciones llegarán a sus mercados de destino con precios más competitivos, y los productos que importa el Perú llegarán nuestros consumidores con menores costos.

También se abrirán nuevos mercados. Hoy solo el 10% de nuestras exportaciones agrícolas va al Asia. Esto se debe a que, dados los tiempos de viaje actuales, es imposible que ciertos productos lleguen al destino en buen estado. Con la reducción del viaje que traerá Chancay, se abre la posibilidad de que productos como las uvas o arándanos, que hoy suelen ir mayoritariamente a Estados Unidos y Europa, puedan también llegar a las mesas de Asia.

Pero, además de los beneficios directos para consumidores y productores, el puerto de Chancay convertirá al Perú en el gran hub del Pacífico sudamericano. Pues nuestros países vecinos ya no tendrán que llevar sus cargas hasta Manzanillo o Long Beach, sino que podrán utilizar a Chancay como su puerta de salida al Asia. Esto dará un nuevo peso geopolítico y económico al Perú en la región, pero, además, promoverá el desarrollo de industrias locales, que se harán viables por la llegada de insumos más baratos y costos de envío de productos finales más bajos. Es decir, un círculo virtuoso con externalidades positivas hacia diversos sectores.

El puerto de Chancay también da sentido e incrementa la viabilidad de grandes proyectos de infraestructura largamente postergados en Perú. Tal es el caso del Anillo Vial Periférico, que lleva años en evaluación en Proinversión, y que tendría un rol clave para facilitar el acceso al puerto de la carga que venga del sur del país. También está el ferrocarril Chancay-Pucallpa, que se encuentra en la cartera de proyectos ferroviarios del MTC. Aunque hoy pueda sonar a un proyecto faraónico, el nuevo puerto le da total sentido, pues el eje Chancay-Pucallpa daría salida al Asia por la vía del Pacífico a Brasil, la décima economía más grande del mundo.Dado el contexto económico actual, en un año en el que nuestra economía crecerá menos del 1%, en el que la inversión privada se contraerá en más de 5%, y ante la escasez de grandes proyectos mineros, el puerto de Chancay cumple un rol clave. Con sus US$1,300 millones de inversión inicial, y un plan maestro que contempla inversiones superiores a los US$3,000 millones, esta iniciativa es una extraordinaria noticia para el país. Solo en su fase de construcción, el proyecto viene generando 7,500 puestos de trabajo, gran parte de los cuales para vecinos de Chancay. Y se estima que, en su fase operativa, se generen 20,000 empleos entre directos e indirectos.

En un país en que a menudo la política, la regulación y la pasividad estatal juegan en contra de los intereses nacionales, el puerto de Chancay es una notable historia de emprendimiento y una magnífica apuesta por el país que ya viene cambiando muchas vidas y lo seguirá haciendo. Bien por el Perú.

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