notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Carlos Carlín,Habla.BabasLo esperé dormido como un perro en las escaleras de su casa. Cuando llegó, me gritó y me aventó la puerta en la cara. Como un sticker quedé aplastado en la madera y ni con esas perdí las esperanzas de que firmara el disco y la foto que minutos antes había comprado. Me armé de valor, toqué la puerta. Toc toc toc. Salió, me peinó de arriba a abajo con la mirada pastrula y me volvió a estampar la puerta en la ñanga. Así quedé humillado y seguí sin perder la ilusión. Igual me choteó. Aunque me firmó la foto, nunca lo vi. Eso fue en el año 1998. Año 2010 y me comprometí a difundir este y otros maltratos con tal de estar presente en el backstage de su concierto. Llegó el día y llegué para la ultima canción. Entré al backstage, lo vi y casi no pude hablar, me volvió a mirar de arriba a abajo, esta vez sin desprecio sino con pena. Llegué al Swissotel para un concierto privado, me emborraché e hice un papelón. Me volvió a mirar, esta vez con extrañeza. Llegué a él, le pedí una foto, aceptó y en el momento del click levantó su vaso y este tapó su cara. Mi foto podría ser con Marilyn Manson o con una señora alta y no con 'Dios': Charly García. Este año apareció la oportunidad de entrevistarlo en Argentina. Todas las humillaciones por fin cobraban sentido, pero Charly se enfermó. No habría entrevista. No habría nada. Por lo visto, estoy condenado. Estoy verde. ¿Qué pasará cuando llegue a nuestro país otra vez? Solo Dios lo sabe. Solo Charly lo sabe.