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Redacción PERÚ21

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Fernando Maestre,Opina.21fmaestre@peru21.com

Una traición amorosa suele ser desgarradora. Este sufrimiento podría ser mitigado si supiéramos más sobre su origen y sobre lo que debemos hacer para que no nos desgarre. Diremos que la traición no hiere por una sola causa: son varias. Una tiene que ver con el dolor de haberse separado de un ser a quien se amaba: la soledad impera y el silencio embarga. Hay otras causas más importantes, relacionadas con este episodio. Está el sentir que ya no nos quiere, que hay otra persona y que nada se puede hacer para evitarlo. Esto se relaciona con abandonos infantiles. También hay otro dolor que consiste en que imaginamos que ahora está siendo feliz con otro(a) y que esta felicidad jamás volverá a ti. Este sentimiento está basado en la envidia. Entendemos que este dolor es causado por un desgarro en el amor propio. Entre todos los dolores, hay uno extrañísimo. Consiste en sentir vergüenza de que nos hayan dejado –aunque sabemos que no tenemos la culpa– y no queremos dar la cara a esta verdad. Para superar una traición, debemos saber cuál de estos dolores nos está corroyendo e intentar superarlos.