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Redacción PERÚ21

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Por: Ricardo Vásquez Kunze, PoliticaLa Orden del Sol en el grado de Gran Cruz, la máxima distinción de la República, le fue otorgada como reconocimiento a su vida política. Más allá de los merecimientos propios del caso, la distinción a un líder estigmatizado en su momento como el "campeón de la derecha", cuando hasta el socialcristianismo era de derecha en un país sectarizado, nos demuestra que el Perú ha cambiado profundamente. Máxime si quien otorgó la distinción es un presidente nacido mayoritariamente del voto de izquierda.

Llama la atención por eso mismo que el penoso papel que tuvo la izquierda de los 70 y 80 del siglo de mi niñez y juventud, lo tenga ahora un sector de derecha sin partidos pero con muchos micrófonos y pantalla. Porque si la izquierda parece haber evolucionado, la derecha no. Enfrascados en una oposición sectaria contra el ala izquierda del gobierno más allá de la legítima crítica, esta derecha sin responsables políticos pretende desaparecer del gabinete a quienes, como izquierda, no representan peligro alguno para la democracia, las libertades públicas ni el estado de derecho.

No es en el gabinete donde están los intransigentes ideológicos del puño en alto. Esos están en la calle. Por eso mismo es importante que la izquierda leal al sistema constitucional esté representada en el gobierno, subordinada al liderazgo presidencial que en esta última semana ha puesto las cosas claras. Si de aislar al extremismo se trata, este es el mejor camino para que este quede a merced de la ley y el orden y no se ampare bajo ningún paraguas "político".

Queda pendiente cómo aislar al extremismo de derecha, tan peligroso como el de izquierda. Acaso la distinción a Bedoya Reyes pueda contribuir a ello. Sería el mejor legado de un líder y de un partido que han demostrado lealtad en la oposición y eficacia en el gobierno.