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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Así, tenemos que Luis Carranza, quien con mucho éxito timoneó el vigoroso crecimiento que se logró, ha sido acusado por no haber implementado una ley que era, a todas luces, inconstitucional ya que el Congreso no tiene iniciativa de gasto.

Más aun, al negarse a la enésima reestructuración de la deuda que mantienen algunos agricultores privilegiados –y allegados a más de un parlamentario– el ex ministro estaba actuando no solo con un escudo legal sino con el respaldo moral de oponerse a leyes con nombre propio para sectores acostumbrados a ser subsidiados por el resto de peruanos.

Sin embargo, lo último que quieren muchos políticos son funcionarios coherentes y eficientes que están dispuestos a sostener lo que es correcto, cumpliendo con su función. Ellos prefieren a quienes les deben el cargo y, por tanto, son fácilmente manipulados e intimidados.

Incluso, al atacar a técnicos que sirvieron al gobierno anterior, los congresistas oficialistas le están lanzando una advertencia a los que están apoyando a la actual administración con la esperanza de que se hagan a un lado y así dejen espacio para que más partidarios puedan ocupar sus cargos.

Por otro lado, llama la atención que en lugar de defender a quienes cumplieron exitosamente con su gestión y, por tanto, deberían ser un ejemplo para atraer al sector público a más profesionales preparados, Confiep – por congraciarse con el gobierno– se dispare al pie apoyando una peligrosa delegación de facultades que podría llevar a un incremento de la carga tributaria de los trabajadores y a aumentar la informalidad.

En todo caso, lo que busca el Congreso es ahuyentar del Estado a los buenos funcionarios y parece que lo estará logrando.