Déjenlos jugar. (PikoTamashiro/Perú21)
Déjenlos jugar. (PikoTamashiro/Perú21)

Nuestros hijos llegan con altas calificaciones, medallas y diplomas, y los subimos de inmediato a nuestras redes sociales. Los padres seguimos pensando que nuestros hijos son y serán exitosos en la vida mientras más notas altas logren en los cursos tradicionales de la escuela, pero pocas veces conversamos sobre sus avances en habilidades blandas y sociales.

Y a esto contribuye precisamente el juego. Desde el jardín de infantes y durante la escuela, hay tiempos de juego, libre y estructurado, a través del cual desarrollamos la creatividad, pero también aprendemos sobre las normas sociales y a respetar al otro.

Al respecto, la educadora Claudia Schiappa-Pietra enfatiza que niños y jóvenes aprenden a través del juego, y que en la primera infancia es la herramienta más importante para el aprendizaje.

“Jugar es algo innato, una necesidad del niño que los padres debemos atender de la misma manera en que nos preocupamos por su alimentación o su salud. Mientras que los maestros debemos aprovechar esta herramienta para lograr que nuestros niños aprehendan el conocimiento, pero también que aprendan de valores, de trabajo en equipo, liderazgo y empatía”, refiere Schiappa-Pietra.

En ese sentido, recomienda a los padres respetar las dinámicas lúdicas en la escuela, y que en casa también se fomente el movimiento y la diversión. “Hoy es muy común que las familias vivan en departamentos y, en esos casos, es necesario ir a espacios públicos, a parques y al campo. El niño desarrolla su creatividad e imaginación a través del juego. Pero muchas veces no tiene esa posibilidad porque los adultos no se la damos. Entonces, la mentalidad de los padres debe cambiar”, reflexiona la educadora.

En la Universidad de Helsinki, Finlandia, la doctora Jonna Kangas ha diseñado un programa educativo basado en que “los niños le dan sentido al mundo y la sociedad que los rodea mediante el juego”.

El modelo finlandés está siendo monitoreado en el colegio Casuarinas International College. Su directora, Marisa Odría, nos explica que “el juego permite a los niños poner a prueba su conocimiento de manera natural y organizar sus pensamientos de forma creativa. En Finlandia, la actitud hacia la educación es primordial y nosotros compartimos esta filosofía basada en el reconocimiento de una infancia con un presente y no únicamente con un futuro, una infancia alegre que juega, participa y descubre”.

“Los niños juegan y aprenden a pertenecer a una sociedad. En el juego, se discute, se da sentido a las reglas, metas, convenciones, formas de comportamiento y, cómo no, los valores”, resalta Odría.

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