Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. La entrada general para adultos será de S/. 10.00 en el 2019, mientras que para estudiantes de educación superior será de S/. 1.00, al igual que para alumnos menores de edad y niños. (Ministerio de Cultura)
Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. La entrada general para adultos será de S/. 10.00 en el 2019, mientras que para estudiantes de educación superior será de S/. 1.00, al igual que para alumnos menores de edad y niños. (Ministerio de Cultura)

Los museos constituyen una gran experiencia de aprendizaje, un aula distinta en la que nos ponemos en contacto directo con objetos de nuestra historia o de las artes, en general, de nuestra comunidad.

Varios museos en nuestro país han desarrollado actividades de interacción con el público y programas pedagógicos para que las visitas sean aprovechadas al máximo y los escolares, de la mano de sus maestros, disfruten la experiencia, de modo que el recorrido vaya más allá de recorrer vitrinas y escuchar explicaciones.

Las vacaciones son oportunidades en las que se puede escoger un museo de arte o de historia y visitarlo en familia o con amigos. Pero la visita en grupo de colegio es una oportunidad extraordinaria.

“El contacto directo con piezas artísticas y culturales en general no tiene precio. Hay experiencias de visita que sí impactan y nos cambian el chip; nos emocionamos ante ciertos objetos y ello influye en el vínculo con tu patrimonio. Una experiencia estética, simbólica, abre una puerta a lo cognitivo”, nos explica Ulla Holmquist, arqueóloga y museóloga, actual directora del Museo Larco, adonde volvió hace poco después de unos años.

Holmquist, además de haber sido directora del Museo Central del Banco Central de Reserva del Perú en los últimos años, se desempeñó un tiempo como maestra de escuela secundaria. Este año fue distinguida como Personalidad Meritoria de la Cultura. Hablar de museos, historia, patrimonio y el vínculo que esos espacios desarrollan con la comunidad y, en especial, con los escolares es algo que la emociona.

Le preguntamos por las situaciones en las que aún hay padres que toman una salida a exposiciones como una pérdida de tiempo y dinero o una interrupción del programa de estudios, pues piensan que las clases en el aula son más importantes.

“El museo es un espacio de educación no formal. Un alumno debería tener múltiples salidas a lo largo del año. Esto no es un paseo simple. En una visita así, la interacción social permite una construcción de conocimiento sobre la base del diálogo; en una visita no hay preguntas y respuestas equivocadas.

Todas las interrogantes surgen en contacto con el recurso patrimonial. Eso genera la posibilidad de exploración, lo cual no sucede necesariamente en el aula. Construimos el conocimiento de tal forma que no se olvida”, responde la directora del museo. Sin embargo, la especialista llama la atención a los colegios que, por falta de conocimiento o quizás por no disponer de una logística y un presupuesto que les permita hacer varias visitas a lo largo del año, concentran en un solo día un recorrido intensivo a diferentes centros culturales.

“Eso es contraproducente –advierte-. Concentrar tres visitas a sitios históricos es demasiado para un día. Al final todo se confunde o los alumnos solo se quedan con una pequeña porción de lo recorrido. Hay colegios que organizan estas visitas a través de una agencia turística sin considerar que se trata sobre todo de una experiencia pedagógica; debe haber una relación museo-profesor en la organización de la visita”, recomienda la especialista.

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