Chabelita: El abrazo de una roja discordia. (Foto: GEC)
Chabelita: El abrazo de una roja discordia. (Foto: GEC)

“Ha llegado el momento de los trabajadores y esto solo será posible junto a Verónika Mendoza”, proclamaba en el verano de 2021 Isabel Cortez, mejor conocida por sus correligionarios como ‘Chabelita’, quien se lanzaba con el número 2 rumbo a obtener una curul en el Congreso de la República.

Caminó por meses pegando en las paredes afiches de Juntos Por el Perú —alianza política de los grupos de izquierda—, promocionando no solo su candidatura, sino también la de Mendoza, su lideresa, a quien le dirigió palabras de admiración en más de una oportunidad.

Sin embargo, el vínculo que las unía ha quedado atrás, ya que tras ser condecorada el último 1 de mayo con la Orden del Trabajo por la presidenta Dina Boluarte, ‘Chabelita’ es ahora “una traidora” dentro y fuera de la coalición ¿Cómo aceptó ser galardonada por la misma persona a quien calificaba de “blindadora de violadores de derechos humanos”?

Chabelita: El abrazo de una roja discordia. (Info: Perú21)
Chabelita: El abrazo de una roja discordia. (Info: Perú21)

Cortez fue propuesta para la condecoración el 17 de abril por Rolando Torres Prieto, secretario de la Central Autónoma de Trabajadores del Perú (CATP), tan solo tres días antes del término de la convocatoria de candidatos. Fue una de las 26 postulantes seleccionadas en un primer filtro del Consejo de la Orden de Trabajo por liderar al Sindicato de Trabajadores Obreros y Obreras (SITOBUR). Eso fue lo único que le sirvió para su elección, según los documentos del Consejo que revisó Perú21. No fue elegida por unanimidad, solo siete de los diez miembros del jurado estuvieron a su favor.

El Consejo cambia a sus integrantes anualmente y este año se determinó quiénes serían sus miembros a inicios de abril. Uno de los elegidos fue Hualter Agustin Saavedra Anticona, representante de los trabajadores del régimen de la actividad privada. Oportunamente, Saavedra es, a la par, secretario general adjunto de la CATP, el mismo gremio que propuso a Cortez para la Orden del Trabajo. Al necesitarse una mayoría calificada para obtener la condecoración, su voto fue determinante para que ‘Chabelita’ sea finalmente premiada.

Según Hugo Chávez Cuba, quien asumió en un inicio el puesto de secretario del Consejo de la Orden del Trabajo, el hecho de que un miembro forme parte del mismo gremio que proponga a una de las galardonadas , “no es algo que recuerde haya sucedido antes”. Cabe mencionar que el actual secretario del Consejo es Rubén Ricardo Neyra Lencinas.


IZQUIERDA INCONGRUENTE

La famosa ‘Chabelita’ pasó a ser llamada fríamente Isabel por quienes fueron sus amigos hasta esta semana. Verónika Mendoza, quien en más de una ocasión defendió a la parlamentaria, ahora se refiere a ella como traicionera por “privilegiar su carrera política individual”.

Curioso: Mendoza brilló por su incongruencia cuando hizo alianza electoral con dos sentenciados por corrupción para la campaña 2020: Vladimir Cerrón, líder de Perú Libre, y Gregorio Santos, expresidente regional de Cajamarca, hoy encancelado. Tampoco cuestionó a Anahí Durand cuando esta tiró la presidencia del Nuevo Perú por quedarse con un puesto en el gobierno de Castillo.

La expremier Mirtha Vásquez también salió a increpar a Cortez. Le dijo que la clase trabajadora del país “tiene necesidad de justicia y respeto y no de migajas”. No obstante, vale mencionar que fue la misma Vásquez quien prometió al país develar la lista de los personajes que visitaron la casa de Sarratea, despacho en las sombras del golpista Castillo. Pese a lo prometido, la relación de nombres nunca se conoció y, una vez fuera de Palacio, la exjefa de la PCM reconoció que el listado fue ocultado por el expresidente.

La condecoración de Isabel Cortez ha abierto, una vez más, la caja de la discordia entre los miembros de la izquierda peruana. Hasta su propio asesor principal, Humberto Lovatón Dalens, declinó a continuar trabajando en su despacho en señal de protesta. “Me retiro de esta responsabilidad deseándole reflexión y discernimiento”, tuiteó Lovatón.

Y así la izquierda peruana siguió dividiéndose, siempre creyendo que lo hace por dignidad.