Daniel Alcides Carrión arriesgó su vida para ayudar a encontrar el origen de la verruga peruana. (Foto: UDEP)
Daniel Alcides Carrión arriesgó su vida para ayudar a encontrar el origen de la verruga peruana. (Foto: UDEP)

El mundo entero enfrenta una pandemia cuyo origen hasta ahora es desconocido. El ha infectado a más de 2 millones de personas en todo el mundo. En medio de esta crisis, Perú21 recuerda la labor de un gran médico que arriesgo su vida para encontrar la causa científica de una epidemia en 1885.

El médico Daniel Alcides Carrión fue un sacrificado profesional de la salud del siglo XIX. Gracias a sus aportes científicos, es actualmente considerado como un mártir de la medicina.

Nació en 1857, en Cerro de Pasco. Estudió medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), a donde ingresó en plena Guerra del Pacífico.

A los dieciocho años, en 1885, se interesó en un mal que acabó con la vida de varios obreros que construían el tren de Lima-La Oroya. A la enfermedad entonces se le conocía como la ‘Fiebre de La Oroya’.

Ese año, la Academia Libre de Medicina convocó un concurso sobre la etiología de la verruga peruana y Carrión indagó a lleno la enfermedad. Siempre caracterizado por su iniciativa científica y de investigación, decidió inyectarse secreciones de un paciente diagnosticado con este mal para conocer de primera mano este agente infeccioso.

La arriesgada acción la hizo en el hospital Dos de Mayo, pese a que sus colegas trataron de disuadirlo. Tras unas semanas, empezó a manifestar los primeros síntomas.

En una bitácora, empezó a documentar todo lo que vivía: las reacciones de la enfermedad en su cuerpo, su estado anímico, la naturaleza de los síntomas, entre otros detalles.

Es así que en una de sus últimas anotaciones, contó haber encontrado similitudes entre el origen del mal que lo atacaba y el de la Fiebre de La Oroya, debido al parecido de los síntomas.

El 5 de octubre, a los 28 años, Carrión entró en estado de coma y murió hacia el final del día abatido por la infección, no sin antes expresarle a sus compañeros su ferviente deseo de que continúen con su investigación.

La obra de Juan del Valle y Caviedes

El poeta de la Ribera, como se le conocía a Juan del Valle y Caviedes, dedicó varios de sus escritos a los médicos, a través de versos satíricos.

Más allá de las noticias y los libros de medicina, la historia médica también fue narrada a través de la poesía y la narrativa. Es por eso que sus poemas sirvieron para conocer a los médicos del siglo XVII.

También, el doctor Uriel García Cáceres, exministro de Salud, publicó el libro Juan del Valle y Caviedes: cronista de la medicina, en homenaje a su obra.

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