Casa Andina apuesta por una nueva forma de hospedaje. (Foto: Francisco Neyra/GEC)
Casa Andina apuesta por una nueva forma de hospedaje. (Foto: Francisco Neyra/GEC)

nació, en febrero de 2003, con una misión: crear experiencias auténticas que van más allá de lo que el viajero espera. Pero, ¿qué pasa ahora que una pandemia abruma al mundo, que todas las fronteras –internas y externas– se han cerrado, que el turismo está muy lejos de (re)activarse? ¿Habrá cambiado de misión?

MIRA: Comandos regionales COVID-19: la acción en distintas realidades [INFORME]

Ante la emergencia sanitaria, los ejecutivos de esta cadena hotelera –una de las más importantes del país– miraron el panorama, analizaron la situación y comenzaron a diseñar nuevos productos, nuevas formas de negocio, tal como lo vienen haciendo muchos empresarios en el país.

“Cuando las cosas aprietan, uno tiene que ser mucho más eficiente. Y, cuando suceden este tipo de cosas, esas eficiencias deben lograrse rápidamente”, sostuvo Juan Stoessel, gerente general de la mencionada empresa, a Perú21.

Fue así como nació un nuevo concepto, una nueva idea llamada Casa Andina Home. “Hicimos encuestas entre nuestros clientes y nuestros amigos para entender bien qué es lo que necesitaban. Muchos coincidían en que necesitaban un lugar seguro y tranquilo para vivir; no para vivir para siempre, sino para pasar uno, dos o tres meses”, relata.

El hotel brinda básicamente el alojamiento en una habitación de 38 metros cuadrados, bellamente decorada, con una vista increíble de la ciudad, en su local ubicado en la cuadra cuatro de la Av. La Paz, en Miraflores, a US$700 por 30 días.

“Francamente, es más entretenido vivir en un hotel que tiene un montón de áreas comunes, como gimnasios, piscinas, lobby, a estar en un edificio solo, donde el área común solamente es una pequeña recepción”, asegura Stoessel.

Pero ojo: de momento las áreas comunes no están disponibles. Solo comenzarán a funcionar cuando el Gobierno así lo autorice –que todo indica será pronto– y únicamente podrán ser empleadas por los huéspedes.

La propuesta –que, por ahora, solo está disponible en el local de Miraflores– ha tenido buena acogida y se va a mantener tras la pandemia. “Este no es solo un producto para la crisis. El cliente que va a estar acá es un cliente que perfectamente puede convivir con nuestros clientes comunes. Esto es algo que queda”, señala el ejecutivo.

FRUTO DE LA EXPERIENCIA

A inicios de año –específicamente, en enero–, Casa Andina tuvo los primeros indicios de la aparición de este mal. De pronto, se comenzaron a recibir las primeras cancelaciones de reserva de turistas procedentes de China, país en el que se produjo el primer caso del nuevo coronavirus, mal que ya ha matado a más de 303 mil personas en el planeta y a más de 2 mil en nuestro país.

Posteriormente, se desató la crisis sanitaria en Italia y se empezaron a recibir cancelaciones de viajeros de dicho país. “Ahí nos dimos cuenta de que esto podría ser muy grande, incluso antes de que mucha gente lo entienda. Tuvimos bastante tiempo para tomar una serie de acciones y prepararnos para lo que venía. Lamentablemente, el tiempo nos dio la razón”, afirma.

Lo primero fue proteger a sus 1,700 colaboradores de sus 30 hoteles distribuidos en todo el país con equipos de protección personal: máscaras, guantes, anteojos, alcohol en gel, entre otros. También se les aplicó las pruebas rápidas. Para esto, fue importante la experiencia que se recogió de Europa.

MIRA: Juan Stoessel: “Lo peor es no tener algo claro en turismo”

Paralelamente, se formó el equipo de ejecutivos que venía analizando la situación, viendo opciones y diseñando nuevos productos. Algunas construcciones, remodelaciones y gastos importantes los tuvieron que paralizar, lo que les ha permitido tener caja para afrontar esta contingencia.

Por eso, cuando el presidente de la República, Martín Vizcarra, dio a conocer, el 6 de marzo, sobre la presencia del primer caso de COVID-19 en Perú, esta noticia no los agarró por sorpresa. “Era de esperarse. Pero siempre uno, en el subconsciente, espera que quizá Perú sea especial, que no va a llegar... Teníamos una conectividad muy grande con Europa. Era obvio que en algún momento iba a llegar”, sostiene.

Ya el 15 de marzo, con el anuncio de cierre de todas las fronteras, la cosa se agudizó. Casa Andina no dejó de atender a todos sus huéspedes, sobre todo a los extranjeros. A estos últimos los cobijó hasta que vinieron a Lima y retornaron a sus respectivos países.

Fueron los primeros en dar la mano al Gobierno y ceder sus instalaciones para que los peruanos repatriados de diversas partes del mundo puedan cumplir su cuarentena, bajo los estrictos protocolos que dictó el Ministerio de Salud (Minsa) y los que ellos mismos ya aplicaban.

También han brindado alojamiento y alimentación gratuitos a los médicos que fueron destacados a diversas partes del país para combatir contra el COVID-19. Y viendo las dificultades que tenían muchos policías, los albergaron también para que cumplan su cuarentena. Todo esto les ha servido para construir Casa Andina Home, con altos estándares de calidad y de seguridad sanitarias.

“Hoy en día es la empresa privada la que tiene que ayudar a solucionar todos estos problemas porque el Gobierno está haciendo esfuerzos, pero solo no va a poder. Estamos dando la mano. Y lo que podemos hacer es darles alojamiento y alimentación”, destaca.

Stoessel cree que ahora lo que tiene que venir es una serie de apoyos a sectores específicos, porque hay algunos que van a necesitar más tiempo para recomponerse. Mientras tanto, ya piensa en el próximo producto. Porque Casa Andina Home no será el único.

ESTE VIDEO TE PUEDE INTERESAR

Bombay construye un hospital de emergencia para combatir el coronavirus. (AFP).

TE PUEDE INTERESAR