Trabajadorxs sexualxs no están laborando en esta pandemia. (GEC)
Trabajadorxs sexualxs no están laborando en esta pandemia. (GEC)

Miles, si no millones, de peruanxs no existen en los registros y hoy no tienen posibilidad de ser incluidos en ningún tipo de padrón ni registro y, por ende, no recibirán ni bono ni canasta alguna. Son lxs excluidxs de lxs excluidos, lxs despreciadxs entre los más despreciadxs.

El trabajo sexual es rechazado pero demandado, despreciado y deseado, pecado y necesidad, es doble vida, es doble estándar, es mentira y verdad, es broma y tragedia.

Hoy esas personas están en sus cuartos que pagan a diario, porque no les alquilan el cuarto por mes, pero igual que miles de informales hoy no tienen qué comer.

Lo esquizofrénico es que esto es en todo el planeta, como el coronavirus. En todas las sociedades contemporáneas existen regímenes represivos y también respetuosos del trabajo sexual. Tengamos presente que el trabajo sexual es ejercido por hombres y mujeres biológicos, pero también por mujeres y hombres trans.

Esta pandemia también podría producir la cura contra la hipocresía y la exclusión.

Hoy, en el día 33 de confinamiento, millones de peruanxs podemos ser sincerxs.

Lo que afirma mi vida católica y que ha permitido que persista durante mi existencia a pesar del desprecio de algunos malos elementos del clero es que el principio de “la verdad te hará libre” es realmente cierto y liberador.

Por eso, hoy día la cuarentena puede ser la oportunidad de iniciar una vida en la verdad.