(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

La incapacidad administrativa del ministro Hernán Condori, alertada desde el día uno, finalmente viene dando ‘frutos’… en términos negativos, claro. Como explican especialistas y exministros de Salud, además de la evidencia recogida, se ha registrado un fuerte, preocupante freno en el proceso de vacunación. Y para la ciudadanía, ello significa simplemente que está exponiéndose a riesgos de muerte y contagios si en el Perú se produjera una cuarta ola del coronavirus.

Lo que está sucediendo no es responsabilidad exclusiva de Condori, cuyos paupérrimos antecedentes hablan por sí mismos. La responsabilidad es fundamentalmente del presidente Pedro Castillo, por haberlo colocado a la cabeza de un portafolio medular en estos tiempos, atendiendo, sin chistar, a una exigencia de cuotas de Vladimir Cerrón, quien ahora parece ser el único que lo defiende a todo trapo.

Pero también es responsabilidad del Congreso, que no pudo censurarlo por absurdos cálculos políticos. Recién a duras penas y después de mucho bregar se consiguieron las 33 firmas para la censura. Veremos si al final se convencen del daño de mantener a este médico que ni siquiera califica como ‘chamán’ en el puesto desde donde se debe cautelar la salud de la ciudadanía.

Si los contagios y muertes por COVID están hoy en mínimos, no es porque el virus se haya esfumado, sino precisamente por el avance de las vacunaciones en el mundo: son estas las que están defendiendo a las poblaciones del ataque del patógeno. Quien no cumpla con su cronograma de inmunizaciones, pues sencillamente quedará expuesto otra vez.

Y, para colmo, según documentos de la Contraloría, en los almacenes del Estado peruano, como informó, hay 8,500 dosis vencidas y 4 millones a punto de vencerse si no se aplican debidamente y en los próximos días.

Condori lo ha negado sin mostrar ninguna prueba y, además, le echa la culpa a la ciudadanía del frenazo en las inoculaciones (“la gente joven, sobre todo, tiene una falsa sensación de seguridad”), pero ¿dónde quedaron entonces las campañas de información sobre la necesidad de seguir protegiéndose?, ¿cómo se han estado difundiendo los riesgos que todavía se corren si uno no se vacuna? ¿Qué ha hecho su administración al respecto, además de sus lastimeras declaraciones públicas? ¡Que se vaya!

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