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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Definir a los partidos como coaliciones no es nuevo. Para John Aldrich (1995), los partidos son "coaliciones duraderas de políticos ambiciosos" y "sus miembros ganan más perteneciendo al partido que en coaliciones universales o como independientes".

Definir a los "no partidos" como "coaliciones de independientes" me parece errado porque, originalmente, los partidos son precisamente eso: alianzas de individuos sin adscripción. Por lo tanto, no estamos hablando de una 'especie' distinta (un movimiento social, una ONG), sino de una etapa embrionaria, la más elemental, del largo camino que lleva a un grupo de independientes a evolucionar en partido institucionalizado.

Hay un problema grave con el término "coalición de independientes": un protopartido (eso es finalmente) no puede ser sustituto de un partido. Que la democracia en Perú funcione con protopartidos que no avanzan a versiones completas se debe a fallas estructurales. Pero no se puede vender a un partido embrionario o fallido como algo distinto a un partido (un bebé no es adulto, pero no deja de ser un humano). De hecho, para Sartori (1976), una "coalición de independientes" cumple con su definición "mínima" de partido: "Cualquier grupo político que se presenta a elecciones y es capaz de colocar candidatos en puestos públicos".

Además, ¿qué es un "independiente"? ¿Acaso no es, precisamente, el tiempo lo que genera vínculos de dependencia y convierte al "independiente" en miembro partidario?

Gran parte de las "innovaciones conceptuales" se explican por el márketing. Por eso entiendo el uso periodístico de "coalición de independientes" en vez de "protopartido", pero académicamente me parece un término innecesario, prescindible.