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Redacción PERÚ21

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Ricardo Vásquez Kunze,Desayuno con diamantesAbordado en el Hall de los Pasos Perdidos, el congresista José León, tenaz defensor del ex presidente Toledo en el caso ECOTEVA y aliado del gobierno, protestó. Acababa de votarse en el Pleno el primer informe de la megacomisión investigadora del gobierno de Alan García sobre el caso 'narcoindultos', que propone acusar al ex presidente y dos ex ministros de infracción constitucional y comisión de delitos. León, sin embargo, no estaba satisfecho con los números. El fujimorismo se había abstenido y eso le indignó. Manifestando primero su extrañeza y, luego, su condena, León se sinceró: "Son el comodín perfecto –dijo de la bancada fujimorista–, a la espera de que otros hagan el trabajo". ¿El trabajo?

Está claro para cualquiera con dos centímetros de frente que "el trabajo" al que se refiere León es el que se sigue de las recomendaciones de la megacomisión y que, para todo efecto práctico, es sacar a Alan García del escenario electoral del 2016. Lo que parece escocerle a León es que no todos se "ensucien" con un "trabajo" que "beneficia a todos", especialmente a los fujimoristas, cuya líder va primera en las encuestas de intención de voto. Así, lo que queda claro es que, más allá de los fundamentos del informe debatido en el Pleno, lo que importa realmente son sus consecuencias políticas para con una candidatura determinada.

Para los aliados del gobierno, al menos, ese es el sentido del "trabajo" de la megacomisión. Saque cada quien sus conclusiones sobre cuál es el sentido de ese "trabajo" para el propio gobierno.

Una de las virtudes de un líder político es la de la anticipación. Por esta se separa la paja del trigo. Los que se anticipan pueden influir sobre los hechos. Los que no, están a merced de ellos. Y los hechos en el Congreso estaban cantados para Alan García desde que se formó la megacomisión para investigarlo en un Legislativo donde el APRA tiene cuatro gatos. Podrán rugir como cien pero sus votos siempre serán cuatro. Las matemáticas no engañan como tampoco el fin de constituir una megacomisión para investigar a un expresidente. No es para nada bueno a su favor. ¿O alguien cree lo contrario? De ahí que Alan García haya ido a buscar justicia al Poder Judicial, anticipándose al "trabajo" del Congreso.

Y anticiparse allí le ha sido favorable. La nulidad judicial de todo lo actuado en el Congreso por infracciones a sus garantías constitucionales le ha permitido a García equilibrar la balanza de una inhabilitación anunciada. Ahora el pleito será de poder a poder, entre el Legislativo y el Judicial para el cual "no hay caso" antes de que el Congreso le toque la puerta. Hay una apelación pendiente. Sin embargo, para muchos enemigos de García en el Congreso y en los medios de comunicación, el Poder Judicial está parcializado a favor del expresidente. Es la vieja hipótesis de la "judicatura aprista" que, a estas alturas del siglo XXI, y con el descalabro de los partidos políticos reducidos a su mínima expresión, más que hipótesis parece hoy una leyenda urbana.

Pero digamos que así sea. Digamos también entonces que no menos "hipótesis" es que la megacomisión ha estado parcializada en su contra al igual que la bancada del gobierno y sus aliados, como lo afirma León. Y digamos que en la prensa hay un grupo importante de colegas que no se cansa de celebrar cualquier tropiezo de García. Así, pues, se abre la hipótesis de ¿con qué legitimidad moral los acosadores políticos del expresidente le exigen imparcialidad al Poder Judicial cuando ellos no pueden exhibir ninguna?

Lo que ha quedado patente en cualquiera de las hipótesis que, a su vez, validan otras, es que existe un afán político determinado de que un potencial candidato presidencial quede fuera del partidor. En ese "trabajo" el cómo no tiene ninguna importancia. Es la jungla. ¿Así está el Perú?