"Los sectores económicos que pueden amortiguar esta crisis están en la minería, la agroexportación y el turismo, pero han sido los sectores más golpeados por las negligencias del gobierno y sobre todo los problemas de conflictos sociales que han jaqueado a estos sectores económicos". (Foto: Stock)
"Los sectores económicos que pueden amortiguar esta crisis están en la minería, la agroexportación y el turismo, pero han sido los sectores más golpeados por las negligencias del gobierno y sobre todo los problemas de conflictos sociales que han jaqueado a estos sectores económicos". (Foto: Stock)

La economía peruana está en crisis, estamos al nivel de la crisis financiera de 2009, sin contar la pandemia. Por eso es momento de poner las barbas en remojo, después de tanta crisis política que estamos viviendo y que afecta directamente el crecimiento. En circunstancias en las que ya se están sintiendo los estragos en los mercados y la calle, vemos la desidia de nuestras autoridades y siguen generando más inestabilidad y ahuyentan las inversiones.

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Esta semana, el propio BCR anunció que el crecimiento del país de este año no llega ni al punto porcentual, con lo cual se confirman las predicciones que anunciaron hace ya varios meses diferentes calificadoras internacionales, que inclusive tuvieron de detractores al propio ministro de Economía, Alex Contreras, negando en diferentes entrevistas y empecinándose en que el crecimiento superaba el 3%.

Pero qué se podía esperar si este año tuvimos el efecto directo de las protestas sociales de inicio de año, que eran el preludio para un año complicado para nuestra economía y que las cifras de hoy no mienten y muestran una ralentización, que ya se manifiesta con el incremento de la pobreza, la fuga de capitales y la casi nula inversión en los sectores estratégicos.

Parecería que son el preludio de una crisis económica de mayores proporciones, si vemos que las variables exógenas juegan también en contra, se viene un nuevo fenómeno de El Niño, los efectos del cambio climático y la anunciada crisis alimentaria, que evidentemente está asociada a estos problemas de la naturaleza, pero sobre todo a la pésima gestión de gobierno, ahondándose más con Castillo y la continuidad de Boluarte.

Lo más desesperante es justamente la aletargada respuesta del gobierno para tener una estrategia de contención, porque esta crisis que se nos avecina va a golpear a los sectores más precarizados, que ya están pasando penurias con los problemas de desempleo, la exclusión social y las pocas oportunidades que tienen para desarrollarse.

Los sectores económicos que pueden amortiguar esta crisis están en la minería, la agroexportación y el turismo, pero han sido los sectores más golpeados por las negligencias del gobierno y sobre todo los problemas de conflictos sociales que han jaqueado a estos sectores económicos, llevando inclusive a muchas empresas casi al fracaso, con lo cual se debilita el tejido económico.

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