"La polarización, promovida por Aníbal Torres como estrategia política, tiene nefastas consecuencias porque se han exacerbado sentimientos revanchistas de sectores radicalizados". (Foto: Presidencia)
"La polarización, promovida por Aníbal Torres como estrategia política, tiene nefastas consecuencias porque se han exacerbado sentimientos revanchistas de sectores radicalizados". (Foto: Presidencia)

Después de la tormenta sale el sol, reza un viejo adagio, por lo que estamos atentos a la situación política en un nuevo escenario, con una nueva presidenta y, sobre todo, con la necesidad de buscar consensos para que el país retome su rumbo.

Por eso es determinante que se conforme un gabinete de ancha base como estrategia de reconciliación con un amplio sector de la población que ha sido expuesta en esta lucha política y que ha visto profundizadas las diferencias y brechas sociales.

La polarización, promovida por como estrategia política, tiene nefastas consecuencias porque se han exacerbado sentimientos revanchistas de sectores radicalizados y es un caldo de cultivo para futuras protestas, más aún si se tienen tantas demandas sociales incumplidas.

Se requiere un gabinete plural en su composición, con un perfil técnico y político de los ministros que permita también recuperar la alicaída imagen que durante el gobierno de Castillo se denigró con cada personaje cuestionado que designaron.

Y, lo mas importante, es que empiecen a gobernar; el piloto automático, después de 17 meses de desgobierno, ya no puede sostener al país. Fíjense, no se consolidó la compra de fertilizantes, se estafó con la segunda reforma agraria en un escenario de crisis alimentaria y de incendios forestales que expuso a varias regiones; inclusive la sequía ha limitado seriamente la producción agrícola que se da cada año.

Otro tema imprescindible es la atención y gestión de los conflictos socio ambientales, como los del Corredor Minero, que se encuentra bloqueado desde el 28 de octubre sin ninguna atención del Estado. Súmenle el escenario de conflictividad en otras regiones como Ayacucho o los derrames de petróleo en la Amazonía que requieren una atención inmediata del nuevo gobierno.

Definitivamente, Dina Boluarte va a tener un periodo de romance con la población que tiene que ser aprovechado para abordar estas necesidades impostergables y permitir también posicionar un plan de gobierno concreto, el Perú lo exige.