El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se dirige a una conferencia de prensa en la base militar de Kirya en Tel Aviv, Israel, el 28 de octubre de 2023. (Foto de EFE/EPA/ABIR SULTAN)
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se dirige a una conferencia de prensa en la base militar de Kirya en Tel Aviv, Israel, el 28 de octubre de 2023. (Foto de EFE/EPA/ABIR SULTAN)

Este fin de semana, mientras el mundo estaba enfocado en el fútbol y otros menesteres, los ataques infernales de Israel no cesaron sobre población civil palestina y, además, se intensificaron, después de haber cortado todo el suministro de alimentos, agua, electricidad y hasta Internet, para llevar a la población a una situación extrema de inhumanidad.

Y justamente, por humanidad, es un deber denunciar los actos criminales de Netanyahu, primer ministro israelí, responsable de la masacre que se está dando en la Franja de Gaza, donde la espiral de violencia ha escalado y se han incrementado las víctimas civiles, sobre todo indefensos niños; esto es inconcebible en una era de supuesta modernidad donde prevalecen los derechos humanos y se sancionan los crímenes de guerra.

Con esta desproporcionada y criminal incursión militar, lo que en realidad está haciendo el gobierno israelí es legitimar las acciones terroristas de Hamás; los está blanqueando ante el mundo, porque les da suficientes razones para justificar sus acciones terroristas, como lo acontecido el pasado 7 de octubre; porque con la violencia desatada con las imágenes de indefensos bebés, niños, mujeres y ancianos, ahora Hamás va a tener el argumento y la narrativa para justificar sus acciones demenciales.

Y, al parecer, pueden más los nacionalismos radicales del gobierno israelí, que están haciendo todo para que se legitimen las acciones terroristas de Hamás. No es que no se dan cuenta; parece que lo hacen a propósito. Por eso las movilizaciones ciudadanas en el mundo han sido contundentes en las principales urbes del mundo, donde se han condenado los crímenes de Israel y se está generando una corriente de solidaridad mundial con el pueblo palestino.

Se podría decir que estas movilizaciones no van a mitigar las incursiones militares de Israel, que es evidente que tiene el objetivo de arrasar con toda Gaza, pero, ante la opinión mundial, retumban los mensajes de genocidio y exterminio de la población palestina, con el objetivo de desaparecerlos del mapa y así hacer realidad el sueño sionista de Theodor Herzl.

Lo grave es que tendrá consecuencias en el futuro, porque estas ambiciones israelíes van a provocar un conflicto sin fin y convertirán el Medio Oriente en un polvorín; están jugando con fuego, sabiendo que las relaciones entre árabes e israelíes son frágiles.

VIDEO RECOMENDADO:

Michael Reid sobre el Perú