[OPINIÓN] Richard Arce: “El diablo está en los detalles”

Actualizado el 14/02/2024, 08:20 a.m.

Estamos viviendo en el Perú situaciones surrealistas —un mundo de locos— con todos los destapes que ha generado la declaración de Jaime Villanueva, el esbirro de Patricia Benavides que ha entregado información para la investigación y así convertirse en colaborador eficaz. Pero hay que estar muy atentos a los acontecimientos porque se está generando mucha confusión y tergiversación de la verdad, lo que es aprovechado por los corruptos y mafiosos de la política, al extremo que quieren aparecer como paladines de la justicia y la honestidad.

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Por eso están pretendiendo atarantarnos con tantas versiones de la realidad, aprovechando lo complejo de los tinglados de corrupción, la cantidad de personajes y la escala en el tiempo de los diversos sucesos. Por eso no es de extrañar que hayan salido a la palestra personajes siniestros como Chávarry, Hinostroza y Cerrón para victimizarse y tratar de contar una historia distorsionada.

Cerrón ha publicado un post en X (ex-Twitter) acusando a la congresista Ruth Luque de haber orquestado una reunión con Jaime Villanueva, una vez ganadas las elecciones, para una repartija de poder a cambio del archivamiento de los casos penales que tenía Cerrón en curso y que finalmente terminaron en sentencia.

Lo curioso es que esta supuesta denuncia coincide con el guion que ha preparado el fujimorismo para tumbarse a los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez, ad portas del juicio oral que probablemente termine en sentencia para Keiko Fujimori. Se acusa a Luque de hablar en nombre de los fiscales Vela y Richard Rojas para el intercambio de favores a cambio de cargos en el poder.

No es una novedad que la mejor estrategia que tienen los delincuentes para librarse de un juicio sea tumbarse al fiscal del caso, sino, recordemos los casos de los Sánchez Paredes o de la hermana de Patricia Benavides, de donde retiraron a la mala a los fiscales Almanza y Revilla.

Se tiene que investigar a fondo, y es en los detalles que está el diablo; por eso es importante que la congresista Luque informe de la cercanía que tenía con Miguel Girao, el otro esbirro de Benavides, íntimo de Villanueva, puesto que, de lo dicho por Cerrón, hay un evidente interés de intermediación de estos personajes para condicionar.

Un dato que puede ayudar es que Miguel Girao trabajó de asesor de la bancada de Nuevo Perú, cuando yo era vocero por recomendación de Luque, y él después fue su asesor en su despacho, así que hay una relación estrecha por esclarecer.