"Los valores democráticos exigen debatir ideas, encontrar causas comunes y respetar a las personas con las que discrepamos".
"Los valores democráticos exigen debatir ideas, encontrar causas comunes y respetar a las personas con las que discrepamos".

La Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (ODHR) de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha publicado los lineamientos para dar mejores leyes en democracia. Se trata de recomendaciones que abordan tanto el contenido de las leyes como el proceso de redacción y consulta. Parte por señalar que la calidad de la ley es consecuencia directa de la forma en que es elaborada y consultada.

Los indicadores para definir la calidad de la ley abordan aspectos como el lenguaje: claro e inteligible. Debe contribuir a la seguridad jurídica, es decir, ser previsible, coherente, estable, accesible, conforme con el Estado de derecho, el principio de separación de poderes y las normas de derechos humanos. Las prohibiciones y restricciones son razonables y proporcionales. Respeta el principio de igualdad, de manera que tienen en cuenta las necesidades de diversos grupos de la sociedad. El procedimiento legislativo es abierto, transparente, accesible, representativo y participativo.

La ley, en la medida que es una intervención estatal en la vida de los ciudadanos, debe ser necesaria y proponer una solución al problema planteado. Debe debatirse y aprobarse sobre la base de argumentos bien fundamentados, evidencia y datos científicos, incluida la evaluación de impacto económico, ambiental y social, así como las implicaciones presupuestales, regulatorias y burocráticas. Debe ser efectiva, capaz de lograr los resultados deseados.

El documento desarrolla 17 principios para las distintas etapas de formulación, debate, aprobación publicación y difusión, así como evaluación de las leyes. En resumen, legislar en democracia es hacerlo para fortalecer la democracia.

Me resulta inevitable compartir una reflexión sobre la lamentable muerte de Sebastián Piñeira y la actuación de los políticos chilenos de pensamiento e ideologías diversas. El discurso de Gabriel Boric excedió lo políticamente correcto dando una muestra de tolerancia democrática al adversario: “…despedimos a un político que desde sus convicciones e ideas sirvió con amor a la patria y trabajó tenazmente por verla crecer y progresar… Fue un líder político que abrió camino a lo largo de toda su trayectoria a una derecha moderna, democrática, liberal, abierta al diálogo y a los acuerdos por el bien superior de Chile”. Al lado de él, los expresidentes mostrando respeto y rindiendo honores a quien fuera dos veces presidente. Los valores democráticos exigen debatir ideas, encontrar causas comunes y respetar a las personas con las que discrepamos.

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