Foto: Andina.
Foto: Andina.

La alta definición (HD) nos permite ver con claridad. Podemos aplicar esto para la toma de decisiones.

HD para una visión detallada de los problemas y desafíos que enfrenta el país.

HD para comprender a fondo la complejidad de nuestra geografía y multiculturalidad.

HD para establecer prioridades; educación, salud, cierre de brechas en infraestructura.

MIRA: [OPINIÓN] Marisol Pérez Tello: “Más allá del quién: para qué y cómo”

HD para dirigir nuestras acciones a seguir creciendo, pero también a distribuir con criterios de justicia y garantizar igualdad de oportunidades, de manera que nuestro país pueda representar ese sueño en el que todos podamos tener una vida plena y feliz.

HD para garantizar paz, justicia y democracia en libertad.

El viernes terminé un taller en Iquitos y en Pucallpa, parte de los procesos de formación de la Academia de Líderes Católicos. Este espacio me regaló conocer y compartir experiencias y esperanza con hombres y mujeres que venían de lejos a hacer vida en comunidad, enseñar su conocimiento y testimoniar sus convicciones, y a maestros y personas que trabajan por el bien común y tienen mucho que enseñarnos.

En el grupo también había jóvenes extraordinarios. Estábamos haciendo ejercicios sobre el método sinodal para aprender a pensar y hablar desde el yo, sentir y escuchar desde el tú para construir el nosotros.

Me impactó que, en medio de los ejercicios de lo que nos diferencia y lo que nos une, el denominador común fuera que todos consideran que el Perú era un país injusto.

Trabajo hace años en temas de justicia y ya la encuesta sobre desigualdad (ENADES 2022) daba cuenta de que el 83% de los encuestados consideró que el acceso a la justicia es muy desigual. Aun así, escucharlo en jóvenes de entre 16 y 19 años fue muy doloroso, porque significa que la incertidumbre en la que vivimos, la tristeza que eso nos produce y la indignación -en muchos casos mal canalizada y convertida en polarización y enfrentamiento- han calado en los más jóvenes, robándoles la esperanza.

También ratifiqué que estamos a punto de hundirnos, aunque no queramos aceptarlo, que como colectivo no hemos hecho lo que teníamos que hacer, no nos hemos comprometido, no hemos asumido responsabilidades. Hemos optado por culpar a los demás.

Desde mi perspectiva, la única manera de salir de esta situación es con mucho trabajo y juntos.

Son años de retos y desafíos para el Perú, tenemos que decidir si estamos dispuestos a enfrentar los problemas con HD, pero salir de ellos sin HD… HunDidos o UNIDOS.