"No solo llama la atención el ritmo de alza de precios, sino su persistencia". (Andina)
"No solo llama la atención el ritmo de alza de precios, sino su persistencia". (Andina)

La se ha mostrado reacia a descender con convicción en lo que va del año, acumulando 11 meses por encima de 8% en términos interanuales. Esto es inusual. Estamos hablando del ritmo de inflación más alto en 25 años, toda una generación.

No solo llama la atención el ritmo de alza de precios, sino su persistencia. En febrero acumuló 21 meses por encima del límite superior del rango meta del BCRP (3%), igualando el récord del periodo de octubre 2007 y junio de 2009. Ya el BCRP había advertido meses atrás de esta posibilidad. Estos temores se han materializado.

El elevado ritmo y su persistencia apunta a que es un problema con el que tendrán que seguir lidiando las autoridades y los bolsillos de la población a lo largo de 2023. Recordemos que la inflación no es solo el alza de algunos precios, sino que es un alza generalizada del nivel general de precios representativos de nuestra canasta básica (586 productos).

De los 586 productos que componen la canasta de consumo (base 2021), en febrero 385 aumentaron (66%), 103 disminuyeron (18%) y 98 se mantuvieron sin cambios (17%), dinámica similar a la registrada en enero.

El mes de marzo será de particular interés pues se espera un quiebre visible a la baja en la trayectoria de la inflación, principalmente por un factor estadístico de alta base de comparación. Los choques internacionales provenientes de los aumentos de precios de la soya, el trigo, el maíz y el petróleo impactaron visiblemente sobre la inflación a partir de marzo de 2022, a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania. Hoy en día, estos precios se han moderado e incluso en el caso del trigo y el maíz han mostrado visibles descensos, por lo que un año después deberían tener una incidencia mucho menor en la inflación.

Marzo es también el mes de alzas visibles en las matrículas y pensiones educativas. Es probable que el ajuste esta vez sea mayor que en el pasado, ya que reflejarán en buena medida la elevada inflación de 2022 (8.5%).

Sin embargo, nuevos riesgos podrían incidir en algún grado en la inflación futura: el impacto de la gripe aviar, que se viene reflejando desde febrero en alzas significativas de los precios avícolas, la posibilidad de la llegada del fenómeno de El Niño costero, y los efectos de la interrupción de vías –el número de vías interrumpidas viene descendiendo por ahora, siendo los precios de los alimentos perecibles (frutas, hortalizas, legumbres y tubérculos) los más sensibles a este factor–.

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Rodrigo Salazar

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