[Opinión] Juan Stoessel: La oportunidad de los feriados

El 2023 será desafiante para el turismo. El alza de los pasajes aéreos debido al costo del petróleo golpeará al turismo receptivo. Lo mismo la inflación en Europa y EE.UU., principales emisores de turistas. Y nuestra volátil situación política tampoco favorece al turismo corporativo. Sin embargo, hay una importante oportunidad de crecimiento en el turismo interno. Fortalecerlo conviene no solo al sector, sino al país.

Primero, porque beneficia directamente la economía de regiones y comunidades en todo el Perú. Segundo, porque genera empleo descentralizado, en una industria que perdió miles de puestos con la pandemia. Tercero, porque el turismo doméstico impulsa a la industria en pleno. En todo país turístico son los viajeros locales quienes crean la demanda. Esto propicia la construcción de infraestructura y la mejora de los servicios, condiciones esenciales para captar visitantes extranjeros.

Una medida muy simple de implementar para el gobierno sería el manejo de días feriados, siguiendo el exitoso ejemplo de nuestros vecinos de Ecuador: feriado que cae a mitad de semana, se traslada a viernes o lunes. Estos feriados puente son auténticos imanes para el turismo interno. En promedio, un feriado largo en Perú moviliza a alrededor de 150 mil viajeros, con un gasto promedio de S/700. Esto significa que con cinco puentes al año la economía recibiría S/525 millones adicionales. Ello beneficia automáticamente a los sitios turísticos cercanos a las ciudades grandes y medianas del país, como Piura, Chiclayo, Arequipa, Ica, Cusco y Lima.

Ojo, no hablamos de inventar feriados, afectando la productividad, sino de mover los ya existentes. Por supuesto, comunicándolo clara y anticipadamente, para que la gente planifique sus viajes. La pelota está en la cancha de la PCM; solo tienen que empujarla dentro del arco.

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