La semana pasada se anunció que Lima será sede de los próximos Juegos Panamericanos. (Foto: gob.pe)
La semana pasada se anunció que Lima será sede de los próximos Juegos Panamericanos. (Foto: gob.pe)

Una señal muy positiva, que debería destacarse, es cómo el Perú recobra protagonismo como escenario de grandes eventos internacionales. No solo por lo que estos significan en términos de empleos, divisas y desarrollo, sino porque son un termómetro que nos indica que la imagen del país viene mejorando. Este año somos anfitriones del APEC –por tercera vez–, con eventos en Arequipa, Cusco, Lima, Pucallpa, Trujillo. También albergaremos los Juegos Bolivarianos en Ayacucho. Y, continuando la buena racha, la semana pasada se anunció que Lima será sede de los próximos . Se trata de megaeventos de primer nivel, que generan ingresos y puestos de trabajo en forma descentralizada, dinamizando la economía de sus ciudades sede. Los asistentes a un evento internacional, sean deportistas de alta competencia, funcionarios de gobiernos extranjeros o líderes empresariales, también consumen alojamiento, servicios de transporte, van a restaurantes, compran artesanías. En algunos casos viajan con sus familias. Y si les gustó lo que vieron, regresan. Es un efecto cascada.

El segmento corporativo internacional es altamente relevante para el turismo. Son viajeros de alto poder adquisitivo y mucho potencial para traer divisas. Pero uno de los efectos del COVID fue que impulsó la virtualidad, lo que redujo los eventos presenciales. La posterior crisis política y social, lejos de atraer, ahuyentó aún más a este sector. Hace tan solo un año estábamos empapelados de travel warnings desaconsejando visitar el Perú. Por eso, resulta sumamente auspicioso ver cómo volvemos a posicionarnos firmemente en el mapa. Si estamos recibiendo megaeventos, es porque la imagen del país viene recuperándose. A la vez, cada nuevo evento ayuda a reafirmar nuestra imagen. Y a mejor imagen, más turismo, más inversiones, más bienestar, menos pobreza.

Un último punto, de cara a los Panamericanos 2027. Refresquemos el impacto que tuvieron los anteriores juegos: S/5,200 millones de movimiento económico, 500 mil empleos directos e indirectos, US$2,100 millones de inversión en infraestructura permanente. Hubo también un importante efecto posterior. Desde 2019 hemos recibido casi cada año otros eventos deportivos internacionales: judo, waterpolo, béisbol, tenis de mesa, etc. Es un círculo virtuoso, que nos posiciona. Haber sido nuevamente elegidos es un tremendo espaldarazo y, sobre todo, una inmejorable oportunidad para seguir catapultando al Perú a las grandes ligas.

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