No confundamos la sonrisa de Betssy porque (...) no es para dar paz, sino, para seguir “incendiando la pradera, advierte el columnista. ”(Foto: Alessandro Currarino / @photo.gec)
No confundamos la sonrisa de Betssy porque (...) no es para dar paz, sino, para seguir “incendiando la pradera, advierte el columnista. ”(Foto: Alessandro Currarino / @photo.gec)

La presencia política de Betssy Chávez Chino en el escenario nacional jamás tuvo ribetes de liderazgo, visión de estadista o de una verdadera mártir de la democracia, jamás. A contrario sensu, es seguro que quienes estamos en las antípodas ideológicas y políticas de ella, pudiésemos valorar alguna virtud que merezca respeto, incluso, admiración, reconoceríamos que hoy encarcelaron a un ser valioso, pero, no es así. Así ha quedado demostrado, al menos, para la mayoría de los peruanos.

Los gestos burlones y desafiantes (TikTok) para su detención ordenada por el PJ por el golpe de Estado que perpetró junto a Pedro Castillo el 7 de diciembre de 2022, reflejan que el controvertido personaje de rostro adusto, de discurso jurídico beligerante y acostumbrado a espetar sandeces como la nueva Constitución, libertad para Pedro Castillo y otros, no lo hace solo por “nerviosismo”, sino, estaría enviando mensajes de victimización para conmover a sus huestes e inducirlos a participar en la escalada de violencia que tienen en ciernes con la llamada ‘tercera toma de Lima’. Ella sabe que ese mensaje llegará y seguro espera ser liberada por la turba que alienta a la violencia. Sueños de opio.

Los radicales están en plena reorganización, urdiendo nuevas estrategias para conspirar contra el Gobierno, atacar al Estado (FF.AA. y PNP) y las instituciones públicas. Y en el ínterin (los azuzadores lo saben) buscarán la muerte de inocentes a quienes involucrarán en actos de terrorismo (según la ONU, tomar aeropuertos lo es), para colgarse de ellos, blandirlos como trofeos de guerra, “mostrarlos” al mundo como “prueba” que en Perú hay una “dictadura”, y, por qué no, cobrar jugosas indemnizaciones que saldrán de los bolsillos de todos los peruanos. Esta historia ya la hemos vivido.

No confundamos la sonrisa de Betssy porque no es para dar esperanzas, sino, dejar claro que “no ha sido derrotada”; no es para dar paz, sino, para seguir “incendiando la pradera”; no es para pedir unidad para progresar, sino, para destruirlo todo y “volver a construir”. Esa es Betssy Chávez, quien engaña a la juventud con un falso heroísmo, quien hace esfuerzos sobrehumanos para contener “los sapos y culebras” que le gustaría soltar frente a cámaras cuando se trata de atacar a sus adversarios o imponer sus ideas cargadas de radicalismo.

¿Qué nos queda a los peruanos? Exigir al sistema de justicia más firmeza y funcionabilidad para detener a los conspiradores contra la patria. Al Gobierno, que priorice estrategias para mejorar la economía y la salud de todos los peruanos; que los organismos de Inteligencia apresuren el paso en la preservación de la prueba criminal contra los violentistas. Y a los ciudadanos, a rechazar la arremetida comunista, la “sonrisa” malévola de Betssy, no asistiendo a marchas violentas ni darles tribuna en redes ni medios de comunicación. Los peruanos queremos vida, paz, libertad y democracia. Sí se puede.