[OPINIÓN] Joaquín Rey: “Tres décadas después”. (Midjourney/Perú21)
[OPINIÓN] Joaquín Rey: “Tres décadas después”. (Midjourney/Perú21)

Este año se cumplen las tres primeras décadas del Sistema Privado de Pensiones (SPP). La oportunidad es propicia para hacer una reflexión y evaluar los resultados del mismo y pensar en cómo abordar los retos pendientes.

Para evaluar toda política, es necesario tomar en cuenta el objetivo que esta se planteó inicialmente. Desde su creación, el SPP se propuso como una alternativa al sistema público de pensiones, por entonces quebrado y usado como caja chica de las autoridades de turno. Se involucró a entidades privadas, especializadas en gestión de inversiones, para recibir aportes de los trabajadores y obtener para estos la mayor rentabilidad posible y así lograr una mejor pensión al retiro. Mientras que el sistema público planteaba un pozo único, el privado introdujo la innovación de la capitalización individual, en la que cada trabajador tiene una cuenta individual, y su fondo —y, por lo tanto, pensión futura— se construye con sus aportes y la rentabilidad generada.

Dado ese diseño, para lograr el objetivo de una buena pensión, deben cumplirse dos condiciones. Por un lado, las AFP deben conseguir la mayor rentabilidad posible en el manejo de los fondos aportados y, por otro lado, los trabajadores deben aportar de manera constante a lo largo de su vida laboral.

Respecto de las AFP, los datos son claros y objetivos: la rentabilidad anual promedio del sistema ha superado el 10%. Ninguna alternativa de inversión en el mercado financiero ha logrado ese crecimiento con niveles tan bajos de riesgo. Por ello, se puede concluir que esa parte del encargo se cumplió. No obstante, la historia fue distinta en el caso de la segunda condición. Son muy pocos los trabajadores que han aportado a lo largo de toda su vida laboral. Esto dificulta el logro del objetivo del sistema, pues, por más alta que sea la rentabilidad, si el aporte es muy bajo, será imposible lograr una pensión elevada.

Con esto no pretendo culparnos a nosotros los trabajadores. Lo que esto refleja, más bien, es que el diseño de esta política pública debe ser mejorado. Cuando fue concebido, el SPP fue pensado tomando en cuenta la dinámica de los trabajadores formales en planilla, a quienes se les hace un descuento mensual a manera de aporte. El problema, no obstante, es que los trabajadores que se mantienen toda su vida laboral en planilla eran y siguen siendo una minoría en el Perú.

La apuesta del diseño inicial era que nuestra economía iría formalizándose gradualmente. No obstante, ese es un objetivo que aún no hemos logrado como país. Por ello, hoy el reto es introducir modificaciones para que nuestro sistema previsional se adapte mejor a la realidad de nuestro mercado laboral. Y la reforma previsional actualmente en debate plantea una excelente oportunidad para ello.

Los actores del sistema privado son perfectamente conscientes de ello, y es por eso que el año pasado la Asociación de AFP presentó una propuesta de reforma con medidas concretas para incluir a más peruanos y mejorar sus niveles de pensión. Además de las medidas para incorporar a informales e independientes —como las contribuciones equiparadas para promover sus aportes, el capital semilla o la devolución de un porcentaje del IGV—, también se plantean medidas para mejorar las condiciones para los trabajadores que ya participan en el sistema, como la introducción de una garantía de pensión mínima, la promoción de mayor competencia o la implementación de una comisión sujeta a desempeño.

Afortunadamente —y esto es algo muy inusual en los debates de política pública— existen muchos puntos de coincidencia entre los diferentes actores que han presentado propuestas de reforma, como el Ministerio de Economía y Finanzas, la Comisión de Economía del Congreso, la SBS, e incluso actores privados como Apoyo Consultoría o el Instituto Peruano de Economía.

Ahora es el turno del Congreso de la República, el que debe construir sobre estas coincidencias y conducir un debate técnico e informado que permita lograr un sistema previsional que incluya a más peruanos y logre mejores pensiones para todos. Sí es posible.

*El autor es asesor en políticas públicas de la Asociación de AFP.

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