En 2022, la minería moderna aportó S/15,848 millones solo en tributación (canon, sobre canon, etcétera) y más de S/10 mil millones fueron destinados a los gobiernos locales y regionales, señala el columnista.
En 2022, la minería moderna aportó S/15,848 millones solo en tributación (canon, sobre canon, etcétera) y más de S/10 mil millones fueron destinados a los gobiernos locales y regionales, señala el columnista.

Acaba de publicarse el informe de la CIDH sobre las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte. En el punto 32 del referido informe se indica que nuestra economía “está basada (…) en un modelo extractivista, cuyas regalías no han contribuido a reducir significativamente la desigualdad ni han traído desarrollo a las regiones donde predominan los pueblos indígenas y las comunidades campesinas”. Al margen de las discrepancias con otros puntos del informe, tomo en especial el punto 32.

Antes de continuar, una acotación. El informe intenta en vano —en el punto 32— demostrar que eso llamado modelo económico extractivista es una de las causas estructurales de la irritación ciudadana. Semejante intento de legitimar las protestas no coinciden con la realidad.

Ahora bien. Tomemos a la minería moderna como un ejemplo del “modelo extractivista”. Hoy solo un obtuso ideológico podría negar la enorme contribución de la minería moderna sobre todo en las zonas aledañas y comunidades rurales. La minería moderna no solo es el principal motor de la economía sino además ha generado reducción de pobreza y creación de empleos directos e indirectos.

Cuando la CIDH indica que el “modelo extractivista no ha contribuido a la reducción de desigualdades” nos intenta vender un relato exactamente igual que el opositor antiminero ha fabricado y desarrollado hasta convertirlo en mitos y posverdades.

Ejemplos sobran. En 2022, la minería moderna aportó S/15,848 millones solo en tributación (canon, sobre canon, etcétera) y más de S/10 mil millones fueron destinados a los gobiernos locales y regionales. Áncash, por ejemplo, recibió más de S/2,860 millones. Con respecto a la reducción de la pobreza, ¿cómo se podría explicar semejante bajada de pobreza y pobreza extrema en Espinar, Moquegua, Apurímac, Chumbivilcas y Áncash sin el aporte decisivo de la minería moderna? ¡Imposible! Otro ejemplo: Las provincias mineras se ubican en los primeros lugares de los indices de comprensión lectora.

Decir que la minería moderna (el “modelo extractivista” de acuerdo a la CIDH) no ha reducido la desigualdad es solo propaganda. Finlandia, Canadá, Chile o Australia tienen políticas extractivistas no obstante de Estados más eficientes que cierran brechas sociales históricas, articulan territorialmente el desarrollo y aplican políticas a favor de más inversión minera moderna. Nada tiene que ver la minería moderna en las insurrecciones y protestas contra Boluarte. Habrá que buscarse otro cuento.

VIDEO RECOMENDADO

Edmundo Del Águila sobre la crisis en Acción Popular