(Foto: Leandro Britto/@photo.gec)
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Elemento que vincula los males que padecemos y los potencia arruinándonos la vida. Obvio: es la corrupción. Voz que incluye mucho más que negociados de funcionarios y personas o sectores privados. Es también putrefacción, pestilencia, perversión, daño, destrucción de valores, nepotismo, discriminación, prejuicio, privilegios, abuso, malversación, acoso, robo, indolencia, ineptitud, soborno, extorsión, traición, estafa, propina, engaño, falsificación, especulación, ocultamiento, trabajo forzado, plagio, prepotencia, impunidad, intimidación, enriquecimiento ilícito, derroche y violencia. ¿Falta algo?

Todos los gobiernos del Perú estuvieron y están en lucha frontal contra la corrupción. Disponen de Constitución Política Cap. IV; Código Penal; Política Nacional de Integridad y Lucha contra la Corrupción 2017; Código de Ética de Función Pública 2002; Comisión de Alto Nivel Anticorrupción 2010; XXVI Política de Estado del Acuerdo Nacional; Convenciones Contra la Corrupción de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos; Ministerio Público; el Poder Judicial; Policía Nacional; Contraloría General; Procuradurías; Comisión de Fiscalización Ética del Congreso; Defensoría del Pueblo y más. ¿Conoce esos textos y responsabilidades? Hágalo. Son extraordinarios.

Con todo eso, ¿por qué estamos como estamos? Por los actores políticos y la legislación electoral. Los primeros, salvo excepciones, son cada vez más ignorantes, incapaces y corruptos. Y la legislación es fatal. Para ser presidente, gobernador o alcalde se les exige muchísimo menos que al aspirante al trabajo más modesto en la vida real. Si se les pidiera más, no serían elegidos ni capitán en la pichanguita.

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Pensemos pues en cosas que nunca se han hecho. La televisión y radio del Estado propalan 100 veces al día: “La corrupción no roba a los gobiernos central, regional ni municipal. Te roba a ti y a tu familia”. Todas las entidades públicas colocan en sus entradas grandes carteles: “La corrupción es un delito”. Como no es una actividad onanista, se otorgan sustantivas recompensas a los denunciantes. ¿S/30,000 por los fugados? Ni un sencillo. Dificultar algo el acceso de corruptos con impunidad al dinero del pueblo. Los candidatos podrán jurar lo que quieran, pero adjuntarán documentación de Reniec identidad y familiares; Sunarp propiedades; Migraciones sus viajes y familiares; Sunat si presentó declaraciones los últimos siete años; Registros de denuncias y sentencias; y, la cereza, Infocorp, que revela quiénes son realmente.

Imagine que el Jurado de Elecciones y la Oficina de Procesos Electorales crucen esas informaciones. ¿No tendría el pueblo información cierta sobre quiénes van a manejar su dinero, salud, seguridad, educación, trabajo, futuro y de sus hijos? Es obvio. Y, como alegan que quien no la debe no la teme, no tendrían problema en hacerlo. ¿Lo harán? NO, NO y NO. Pero recuerden, ciudadanos, o sea todos los mayores de 18 años, que Einstein nos dijo que la estupidez es hacer las mismas cosas y esperar resultados diferentes. Constitución: el poder del Estado emana del pueblo. ¿Qué van a hacer?

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Víctor García Toma