¿Qué me favorece más en esta elección?, pregunta el columnista. (Foto: El Comercio)
¿Qué me favorece más en esta elección?, pregunta el columnista. (Foto: El Comercio)

He sido derrotado, en estos tiempos del miedo, al querer hacer prevalecer ideas y razonamientos por encima de las emociones. Toda decisión no es del futuro, es del presente. Los peruanos votamos hoy como sentimos hoy. Así, nos preguntamos ¿qué me favorece más en esta elección? Y, al responder, expresamos una preferencia. Votamos por lo que nos gusta.

Aprendida la lección, pregunto: ¿qué está antes y detrás de la razón? Allí está lo que realmente queda en la memoria emocional de la gente, lo que recibe de líderes auténticos con palabras, imágenes y hechos.

Los peruanos salieron a ese encuentro y dicen, como dijo la lideresa ganadora del corazón de Madrid, Isabel Díaz Ayuso: el proyecto totalitario está acabado; el Perú va a frenar el plan que divide al Perú. Como ella dijo, aquí se puede decir: “Cuando uno abraza el comunismo para gobernar, para perpetuarse, a toda costa, se le olvida pensar en el futuro del mejor país del mundo para vivir”. Por eso decimos: comunistas, el Perú se les escapa y solo les quedan días para buscar una confrontación que rechazamos.

La inteligencia emocional de Díaz Ayuso me hace repetir “mutatis mutandis”: El poder por el poder no sirve para nada. Si no se ejerce con amor al Perú, se convierte en otra cosa y si no sabes admitir que esta tragedia es de todos, es que no estás preparado para gobernar o quizás nunca lo estuviste.

La responsabilidad por el Perú es altísima: tenemos las mismas dicotomías: o Venezuela o Perú, o comunismo o libertad. Eso es real, pero, ¿cómo atenuamos esta vida a salto de mata? Lo haremos cuando los líderes nos conduzcan con sus palabras, pasos y realizaciones, grabando todo ello en nuestra memoria emocional. Eso hará la diferencia.