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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El ministro del Interior, Carlos Basombrío, fue muy claro, didáctico explicando cómo los decretos legislativos referidos a su sector impactarán en una gestión que mejore la seguridad ciudadana, la principal demanda de la ciudadanía. La reorganización de la Policía que está en marcha continuará y la coordinación con el sector Justicia, dijo, pronto dará resultados visibles.

Esperamos que así sea, al menos en el papel, parece que las medidas que vienen tomando –las recompensas, el policía encubierto, los incentivos para denunciar a los malos policías, entre otros– habrán de funcionar para reducir la corrupción en la Policía que, como el mismo ministro reconoció, es un problema grave, antiguo y extendido.

La presentación del ministro de Economía, Alfredo Thorne, por otro lado, cojeó un poco. Su intervención giró principalmente en torno al problema de la formalización y cómo combatirla. Básicamente se trata de una reformulación de lo que ya se ha intentado y no ha funcionado porque nadie paga un sol de impuestos si puede no pagar, así que no se trata de "abaratar" la formalidad, sino de hacer que la informalidad sea carísima y tenga un costo de oportunidad altísimo frente al cual ser formal salga barato y sea atractivo. Pero, en fin.

A diferencia de sus colegas, Thorne no anunció metas y, cuando se las pidieron en la ronda de preguntas, como no las recordaba dijo que estaban en la presentación en PowerPoint que hizo en CADE.

Es imposible y sería absurdo exigir que los ministros se acuerden de todo, pero si toda la presentación fue sobre medidas para reducir la informalidad, debió poder mencionar las dimensiones del impacto. Esperemos que el Congreso no se baje los decretos pues el Ejecutivo, otra vez, no tiene plan B.