"El gesto inamistoso de AMLO de ser renuente hasta el ridículo y no entregar la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico al Perú, o el ataque de Gustavo Petro al presidente Nayb Bukele, evidencian que actúan en bloque para sus intereses". (FOTO: GEC/EFE)
"El gesto inamistoso de AMLO de ser renuente hasta el ridículo y no entregar la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico al Perú, o el ataque de Gustavo Petro al presidente Nayb Bukele, evidencian que actúan en bloque para sus intereses". (FOTO: GEC/EFE)

Algunos presidentes como el mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO); Gustavo Petro, de Colombia; Lula da Silva, de Brasil; Gabriel Boric, de Chile; Alberto Fernández, de Argentina; y del Perú, el encarcelado expresidente Pedro Castillo, no han ocultado sus raíces ideológicas ni sus preferencias políticas para ejercer sus cargos. Por ejemplo, todos rechazaron a Dina Boluarte en Perú aunque la Cancillería les enmendó la plana en foros internacionales. Por otro lado, el gesto inamistoso de AMLO de ser renuente hasta el ridículo y no entregar la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico al Perú, o el ataque de Gustavo Petro al presidente Nayb Bukele, evidencian que actúan en bloque para sus intereses.

La pregunta es: ¿cuál es la base ideológica y la estrategia política en la que convergen todos? ¿Por qué no están enfocados en una estrategia social y lo están en destruir sus economías y desinteresarse por la salud y la seguridad de sus pueblos sin importar el sufrimiento y la miseria a la que los llevan? Las respuestas, claro está, es que todos comparten mentores ideológicos como Marx, Lenin, ‘Che’ Guevara, Fidel Castro y Mao Tse Tung, y Mariátegui, en el caso del Perú con Pedro Castillo y la estrategia política para instaurar un sistema absolutamente fracasado como el socialismo.

La “revolución democrática” considera que se accede al poder por elecciones, violencia social o terrorismo (guerra popular). Luego, se procede a implementarlo y consolidarlo. Estos pasos no son exclusivos ni excluyentes, al contrario, son complementarios y cíclicos. Por ejemplo, quienes ya han “consolidado” (el poder) son Cuba, Venezuela y Nicaragua. En Colombia, Chile, Argentina y Bolivia, estarían en “implementación” del poder por su reciente asunción a la presidencia. El objetivo previo al socialismo es crear condiciones económicas (control del sistema económico), sociales (fuerza paralela para someter a la población) y políticas (imponer una nueva constitución). En el Perú fracasaron porque quebramos la “implementación” y no estamos permitiendo su “consolidación”. Somos el único país en Iberoamérica que los hemos hecho retroceder. ¿Volverán? SÍ, aquí los esperamos, estamos listos para volverlos a vencer.

Por eso, rechazo rotundamente el papel nefasto de progresistas que actúan como rémoras funcionales del social comunismo y que creen que con su supuesta “supremacía” moral e intelectual del que tanto se jactan, podrán dominar a la “bestia” vestida de rojo. El espejismo les reventará en la cara cuando menos lo piensen, y ahí el Perú les pedirá cuentas por todas sus maldades.  Por eso, hoy, corresponde a los ciudadanos de bien, organizarse y ayudar en la unidad de todos, creando un gran frente de derecha en el Perú, sin complejos ni odios, para evitar un desastre social, económico y político en el futuro. ¡Sí se puede!

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