Huilca explicó que con la ley aprobada se permitirá que "personas que forman parte de partidos políticos" puedan postular para ser integrantes de la Junta Nacional de Justicia (JNJ). (Foto: Congreso / Video: Canal N)
Huilca explicó que con la ley aprobada se permitirá que "personas que forman parte de partidos políticos" puedan postular para ser integrantes de la Junta Nacional de Justicia (JNJ). (Foto: Congreso / Video: Canal N)

La congresista Indira Huilca me ataca, rebotando un tweet de Gisela Ortiz (hermana de un asesinado de La Cantuta, que suele tocar eternamente el tema). ¡Contestemos!

En primer lugar, le recuerdo a Huilca que esa mismísima Gisela Ortiz trabajó –a no muchos años después de la muerte de su hermano– en el Legislativo durante el fujimorato, para el entonces congresista fujimorista Víctor Becerril (ahora detenido en Chiclayo, es hermano del actual parlamentario). Ortiz también candidateó al Congreso por la lista Todos por la Victoria, de un candidato cercano al fujimorismo (Ricardo Flores “Riflo”). ¿Por qué en aquellos tiempos naranjas Ortiz era tan cercana a los fujimoristas –¡hasta trabajaba para ellos!– si ese régimen había matado a su hermano? Su respuesta a LR fue “que se dejó llevar por la amistad”. Muy coherente, ¿no?

También recordarle a Huilca que el periodista de investigación Ricardo Uceda –serio, reputado y nada sospechoso de ser fujiaprista– entrevistó a un cuadro senderista, el cual le confirmó que a su padre Pedro le asesinó Sendero Luminoso y no los paramilitares fujimoristas (ver Muerte en el Pentagonito, páginas 389-390), dentro de una campaña contra los “revisionistas” por el aniversario de Mao. Asimismo, El Diario (periódico que era el vocero de SL) reclamó en enero de 1993 el asesinato de Huilca como un golpe dado por esta banda terrorista contra un “revisionista”.

Sin embargo, la familia Huilca fue indemnizada con US$250 mil por el Estado peruano, pues el toledismo SE ALLANÓ SIN PELEA a la demanda, interpuesta por su abogado aprista Aurelio Pastor ante la Corte Interamericana (CIDH, con Diego García Sayán allí). Esta reparación –absolutamente improcedente, en mi opinión, por lo antes expuesto– fue pagada con la plata de TODOS los contribuyentes peruanos.

TAGS RELACIONADOS