Lo bueno y lo malo al informar (y leer) sobre el censo. (Perú21)
Lo bueno y lo malo al informar (y leer) sobre el censo. (Perú21)

Si usted está leyendo esta columna en el diario impreso, es porque salió tempranísimo a comprar su ejemplar o le pidió al canillita que se lo lleve al amanecer. Hoy es un domingo diferente. Es día de censo nacional y debemos estar en casa para recibir al empadronador del INEI, un voluntario a quien debemos atender con todo respeto.

Los del INEI no son brutos o ignorantes, como se dice alegremente por algunas redes. La estructura del censo obedece a estudios y fórmulas de estadística. La formulación de algunas preguntas se plantea de modo tal que valga la comparación con resultados anteriores.

Los datos que usted dé son importantes para el desarrollo y administración del país. No mienta al responder; tampoco piense demasiado en las preguntas como autoidentificación étnica o religión. No es un examen y no hay respuesta buena ni mala. Es una jornada en la que se cuenta el país y por ello es una jornada cívica. Demuestre que es buen ciudadano.

Perú21 en su plataforma digital, incluyendo sus redes sociales, ha informado ampliamente sobre las preguntas del censo, el grado de conocimiento acerca de este proceso, los trámites que debieron seguir las instituciones y empresas que deben seguir laborando, los límites de la inamovilidad, etcétera.

Asimismo, desde que el INEI lo hizo público, difundió en web y redes sociales el formulario completo del censo, como para que lo revisemos con calma y sepamos lo que el empadronador le va a preguntar cuando llegue y pueda anotar con lápiz en el documento, y así se facilita el trámite para todos.

El vacío que he lamentado es el del diario impreso. Al menos ayer esperaba la publicación de una buena guía orientadora para esta fecha. Pregunté si acaso saldría hoy (lo cual en todo caso habría sido tarde), pero no. No hubo guía o cartilla con aspectos puntuales en lenguaje gráfico de comprensión fácil para toda la ciudadanía. Me sorprendió porque Perú21 se ha caracterizado por su difusión de estos temas cívicos de un modo amigable y atractivo que siempre ha sido bien valorado.

Y lamenté el vacío en nombre de los lectores porque, pese a los esfuerzos de difusión, al cierre de esta columna, aún veo a muchos ciudadanos muy confundidos respecto a las preguntas o lo que implica la inamovilidad. Por ejemplo, NO preguntarán cuánto gana de sueldo, por si acaso. Nos guiamos más por lo que alguien dijo en un post de Facebook y lo repetimos sin verificar; nos cuesta buscar la información veraz y debidamente contrastada.

Aprovecho para decirle que yo actúo siempre en su defensa, pero a veces se hace difícil cuando veo que no se informa como es debido, no lee los textos completos y si los ve en las redes sociales, caray, se queda en las primeras palabras y a partir de ahí se queja, juzga o reclama incluso al mismo medio. La audiencia pide información seria y cultura, pero parece que no la comprende. O no le interesa.

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