Joe Biden y su rival republicano Donald Trump.  (ANGELA  WEISS y MANDEL NGAN / AFP).
Joe Biden y su rival republicano Donald Trump. (ANGELA WEISS y MANDEL NGAN / AFP).

Biden ha ganado las elecciones de Estados Unidos.

De acuerdo al sistema electoral creado por los fundadores de las primeras 13 colonias que se independizaron de Reino Unido en el siglo XVIII, la elección presidencial es indirecta porque cada estado elige un número diferente de delegados de acuerdo a su demografía. Es por eso que hay estados con más delegados que otros y está el caso actual: la brecha porcentual entre Biden y Trump en Pensilvania y Wisconsin permite que los abogados del aún presidente puedan pedir reconteo e incluso impugnar la votación si tienen evidencias de irregularidades (hasta ahora solo se limitan a acusar pero no hay pruebas), y ya en Georgia el gobernador ordenó reconteo por lo apretado que quedaron las elecciones en ese estado.

La proyección de las encuestadoras se cumplió: el voto por correo fue mayoritariamente a favor de Biden, aunque debemos reconocer que, como ocurrió en 2016, estas empresas se equivocaron porque pronosticaron una victoria fácil de Hillary Clinton a nivel nacional y por estados. Sin embargo, la lógica se impuso al marketing de adivinar resultados electorales, puesto que la mayoría de los votantes por correo suelen ser personas de clase baja o media que no pueden ausentarse de sus trabajos en un día laboral, y ese sector poblacional tiende a votar por los demócratas. En 2020 el voto por correo fue histórico (más de 60 millones) porque mucha gente quiso evitar aglomeraciones por el COVID-19 y se calcula que muchos fueron votantes de la tercera edad descontentos con el manejo de Trump con respecto a la pandemia.

Aunque es inminente la victoria de Biden, hay que esperar a lo que podría ser un largo proceso legal y judicial si no convencen a Trump de que reconozca la realidad, lo cual no es una de sus cualidades.