"Para los responsables del informe, Bermejo no habría cometido infracción alguna al Código de Ética Parlamentaria".
"Para los responsables del informe, Bermejo no habría cometido infracción alguna al Código de Ética Parlamentaria".

No porque este Congreso nos tenga acostumbrados a enjuagues y trapicherías, el hecho de que la Comisión de Ética esté considerando declarar improcedente la denuncia contra Guillermo Bermejo, deja de ser un escándalo.

El así llamado ‘otoronguismo’ está llegando a límites indescriptibles de cinismo e indolencia ante los problemas del país. Y hablamos de problemas de fondo, pues la conducta de este parlamentario, aliado del golpista Pedro Castillo, involucra investigaciones de terrorismo y corrupción de funcionarios, nada menos. En este caso se le estaría limpiando, precisamente, de un posible delito de tráfico de influencias agravado.

Perú21 reveló contundentes declaraciones de colaboradores eficaces del Ministerio Público sobre las coimas que habría cobrado Bermejo a cambio de empujar obras de construcción en Piura. Pero para los congresistas de estos días las coimas parecen ser cosa de nada.

Y es que el informe de la Comisión —al que este diario tuvo acceso— sobre la denuncia en contra del legislador izquierdista por su participación en el caso Los Operadores de la Reconstrucción, pese a las pruebas, empezó recomendando declarar improcedente una sanción. Para los responsables del informe, Bermejo no habría cometido infracción alguna al Código de Ética Parlamentaria, pues hasta la fecha no se han corroborado las imputaciones y, a falta de una denuncia formal de la Fiscalía, “prevalece el principio de inocencia”, dicen.

Si no fuera por las advertencias de la prensa, los comisionados supuestamente éticos, habrían procedido sin más. Pero ayer, como pateando el muerto, decidieron dejar en suspenso tal decisión.

No sería la primera vez que en este Congreso unos protegen a otros, movidos por componendas para repartición de comisiones o votos para determinados proyectos de ley. De hecho, se han producido episodios muy graves de inconductas parlamentarias —algunas abiertamente delictivas— que luego fueron pasadas por alto debido a compromisos bajo la mesa.

Si la Comisión de Ética llega a declarar la sanción a Bermejo improcedente, se trataría de “un claro encubrimiento a favor de Bermejo”, así lo ha referido el constitucionalista Alejandro Rospigliosi. Ya antes aconteció con otros legisladores que lograron salvar el pellejo gracias a alianzas entre bancadas que se saltan incluso posturas ideológicas opuestas, cuando menos en la letra… que, en circunstancias de este tipo, pasa a ser letra muerta.