¿No saben que espacios públicos ocupados por la ciudadanía son más seguros que lugares vacíos y desolados?, pregunta la columnista.  (Foto: Municipalidad de Surco)
¿No saben que espacios públicos ocupados por la ciudadanía son más seguros que lugares vacíos y desolados?, pregunta la columnista. (Foto: Municipalidad de Surco)

Ya he escrito sobre cómo los espacios públicos vivos y vibrantes mejoran la calidad de vida de las personas, revalorizan el suelo urbano y potencian las oportunidades; sin embargo, aún hay muchos prejuicios que hacen que las autoridades no prioricen su recuperación. Hemos visto cómo a distintas ferias no les han renovado sus permisos, cómo calles peatonales han regresado a ser usadas por vehículos motorizados, cómo zonas de juego han sido cambiadas por parqueos, y así de infinitas maneras se retrocede, la ciudad se vuelve más violenta y nosotros pagamos las consecuencias.

¿Por qué pasa esto? ¿Acaso las autoridades no son capaces de gestionar bien los espacios públicos de sus jurisdicciones? ¿Es la falta de recursos para el mantenimiento? ¿Son las quejas de vecinos molestos porque las emisiones (basura, ruido, desorden…) están descontroladas y el municipio prefiere prohibir que gestionar? ¿No saben que espacios públicos ocupados por la ciudadanía son más seguros que lugares vacíos y desolados? ¿No se dan cuenta de que uno la pasa mejor ahí cuando tiene chance de ver un espectáculo o escuchar música o tener oportunidades para comprar un helado o un jugo?

Para poder echarles una mano a los gobiernos locales que sí quieren tener espacios públicos que funcionen bien en sus distritos, desde Ocupa Tu Calle hemos diseñado el Pacto por los Espacios Públicos. Las municipalidades pueden suscribirse para obtener una serie de beneficios, como la articulación con aliados estratégicos, capacitaciones en diversos temas de gestión de espacios públicos, la visibilización de sus experiencias e incluso oportunidades de financiamiento de proyectos piloto. De esta manera, los funcionarios aprenden sobre cómo lograr espacios públicos mejores, pueden identificar espacios subutilizados o residuales y atender la heterogeneidad de los usos que ocurren en ellos. Por ejemplo, una misma zona peatonal sirve para personas que van hacia algún destino pero también podemos encontrar niños descansando o adultos mayores descansando. Si se logra atender las necesidades de todos estos usuarios, el espacio público será muy útil y funcional.

Muchas veces, son pequeños ajustes los que cambian la experiencia por completo y estoy segura de que los vecinos estarán más que contentos con sus alcaldes o alcaldesas. De hecho, son también los vecinos quienes pueden convencer a sus autoridades para que postulen y, quizá, hacer realidad la mejora de alguna zona de su barrio.

Así que, si leer esto te jala el ojo, avísale a tu muni y anímala a postular. La convocatoria cierra en marzo de este año. esta campaña llamada “El cáncer infantil sí existe, cambiemos la historia”, se llevó a cabo el 15 y 16 de febrero en la estación Angamos del Metro de Lima, donde