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Redacción PERÚ21

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Sandro Venturo Schultz,Sumas y restasSociólogo y comunicador

¿Por qué algunos candidatos aparecen junto a personajes de la farándula? Están buscando contagiarse de la popularidad que no tienen. Quedan muy pocos días para las elecciones y no están despegando. Al desesperarse no se detienen a pensar en el valor simbólico del personaje con el que posan. Un candidato sin tino nos sugiere que sería una autoridad inconsistente.

¿Por qué hay candidatos que se prestan a la coreografía o al chiste fácil? Porque siguen siendo desconocidos para una buena parte de los electores, las encuestas lo muestran. Están buscando distinguirse en la larga lista de candidatos anónimos. Buscan suplir su falta de trayectoria política con una performance que les dé popularidad en el corto plazo. Para ellos las elecciones son una rifa.

¿Las elecciones son una rifa? Casi. Cuando las organizaciones políticas dejan de ser referentes pedagógicos relevantes, las elecciones ya no son el cierre de un proceso de acumulación política y se convierten en una coyuntura tomada por el azar. Los candidatos lo saben. Por eso apuestan sus fichas a la jugada mediática audaz. Creen que obteniendo el boleto ganador pueden convertirse en el outsider esperado.

¿Cómo evaluar las campañas de los partidos? Los partidos están mostrando sin reparos toda su precariedad. Uno esperaría del PPC una campaña metropolitana apoyada en sus campañas distritales, y viceversa. El PPC puede ofrecer para su gestión metropolitana una antología de los éxitos, actuales e históricos, logrados en casi todo Lima. Pero lo que hemos visto es una gran dispersión: cada candidato barrial baila solo, con su propio eslogan e imagen. El PPC se muestra como una organización sin propuesta articulada y agregada. Y lo mismo se puede decir de Acción Popular, Somos Perú, el fujimorismo y el Apra. Todas son 'marcas' desperdiciadas.

¿Y Castañeda? Antes de anunciar su candidatura, Castañeda ya tenía lista su campaña, con eslogan y propuesta visual unificada para todo Lima. Meses atrás, su web ya había presentado los ejes de lo que ha sido su campaña: las obras vuelven contra la ineficiencia y la oferta incumplida. Castañeda no necesitó hablar debido a la debilidad de sus oponentes, hasta que fue arrinconado por la prensa con esas serias denuncias que lo perseguirán, sin duda, en el municipio. Castañeda ya no va a poder gobernar con la exitosa fórmula afásica de su gestión anterior.

¿Y Villarán? Su equipo buscó revertir la imagen de negligencia que ella terminó representando y, al mismo tiempo, buscó confrontar con Castañeda diciendo que ella sí se atrevió a tomar al toro por las astas. Pero los diversos cuestionamientos internos y externos durante su lanzamiento mermaron aún más sus posibilidades. Villarán fue sepultada por los errores políticos que tuvo en los primeros dos años de su gestión. Después del golpe que significó la revocatoria y sin aliados fuertes, iba a ser difícil que prosperara su apuesta. ¿Cuál es el balance de los candidatos? Negativo. Analizando con calma las encuestas, se observa que los ciudadanos hubieran preferido nuevas opciones. Todos representan el mal menor, incluso el puntero. Sin embargo, algunos se han hecho más o menos conocidos y podrán capitalizar más adelante eso.

¿Cuál es el balance de las campañas? Decepcionante. Cuando los políticos dejan de poner temas que estimulan el debate en la sobremesa de los ciudadanos, no queda más que hablar de lo mal que han estado realizadas las campañas. Entonces, llaman la atención las frivolidades de los candidatos y la contaminación visual de los carteles publicitarios. Sin liderazgo ni propuestas interesantes no se pueden hacer campañas que respondan a las expectativas de los ciudadanos.