El Gobierno uruguayo confirmó hoy su intención de ralentizar la discusión de la iniciativa para legalizar la venta y distribución de marihuana, actualmente en estudio en el Parlamento, ante la baja aceptación social que tiene la idea impulsada por el presidente del país, José Mujica.
Mujica —quien anunció en junio el polémico proyecto que pretende que el Estado asuma el control de la producción de la droga y de su venta— consideró el martes que es necesario "llevar suave" la discusión porque más allá del voto en el Congreso, donde la izquierda gobernante dispone de mayoría absoluta, la mayoría "se tiene que dar en la calle".
El freno se produjo tras la difusión de una encuesta de la consultora local Cifra, que mostró que un 64% de los uruguayos es contrario a la legalización de la venta de marihuana y solo un 26% está a favor de la iniciativa.
La intención de Mujica de dilatar el debate apunta a buscar que el "pueblo uruguayo razone", según dijo. "Hay que parar la vía represiva para controlar las drogas, ya que es un fracaso", pero sin dejar de lado "la información de lo que pasa en el mundo", agregó.
El proyecto —elaborado luego de tres meses de debate entre el Poder Ejecutivo y legisladores del gobernante Frente Amplio (FA)— permitirá poseer hasta 40 gramos de marihuana mensuales a consumidores registrados, seis plantas a quienes cultiven la droga y 90 a clubes de consumidores.
A su vez, prevé la creación de un organismo público no estatal, el Instituto Nacional del Cannabis (INCA), que regularía el proceso y fiscalizaría el cumplimiento de la norma.
Detrás de la decisión de postergar la votación está también el hecho de que pese a que fue lanzado por el Gobierno, el proyecto aún genera algunas diferencias entre legisladores del FA, que tiene una ajustada mayoría parlamentaria.
De concretarse el proyecto, Uruguay sería el primer país en el mundo en desarrollar este tipo de proceso.