Policía de Alemania busca a joven tunecino tras matanza yihadista de Berlín

La Policía de Alemania busca activamente en todo el país a un joven tunecino tras hallar un supuesto documento de identidad en la cabina del camión utilizado para la matanza en un mercado navideño de Berlín, que dejó 12 muertos y reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.

Según los investigadores encontraron ese documento bajo el asiento del conductor y señalaron que al sospechoso se le conocen tres identidades y edades diferentes, indicaron los diarios Bild y Allgemeine Zeitung.

"Hay un nuevo sospechoso", declaró a la prensa el ministro del Interior, Thomas de Maizière. "A medianoche se emitió un pedido de captura en Alemania y en el espacio Schengen, es decir en Europa", agregó el ministro.

El documento hallado en el camión es un certificado expedido a un migrante al que se le negó la solicitud de asilo a pesar de que no fue expulsado, señalan las fuentes.

Al parecer fue expedido por las autoridades locales de Kleve, una ciudad de Renania del Norte-Westfalia, situada en la frontera con Holanda, informa el Allgemeine Zeitung, diario regional de Maguncia.

Según la página web de la revista Spiegel, el individuo es originario de Tataouine, sur de Túnez. Asimismo, este hombre, que había desaparecido antes de ser juzgado por un delito de lesiones, es considerado peligroso por pertenecer a "una gran red islamista", según el diario Bild.

Hasta el momento se vienen examinando más de 500 indicios, entre ellos las muestras de ADN halladas en el camión, imágenes de cámaras de vigilancia y testimonios. "Todos los efectivos disponibles" están trabajando para encontrar al autor del atentado, dijo un investigador al diario Bild.

Según fuentes de la investigación citadas por el diario Bild, la autopsia demostró que el camionero polaco de 37 años, asesinado de varios balazos en la cabina, estaba vivo en el momento en que el vehículo embistió el mercado navideño. El cuerpo del hombre de 120 kilos tenía marcas de lucha y de puñaladas.

Por su parte, el polaco Ariel Zurawski, dueño de la empresa que empleaba al camionero, tuvo que reconocerlo a partir de una foto del cadáver. "Se veían marcas de golpes, es evidente que se resistió. Su cara estaba ensangrentada, tumefacta. Tenía una herida de arma blanca", contó Zurawski.