Decenas de miles de personas abarrotan desde primeras horas de la mañana la catedral copta de Abasiya, en el este de El Cairo, para dar su último adiós al Papa de la Iglesia ortodoxa copta Shenuda III, quien falleció el sábado a los 88 años tras una larga enfermedad.
El fervor de los cristianos egipcios y el despliegue de las fuerzas de seguridad han permitido que se forme una marea humana, de la que continuamente salen personas desmayadas o que presentan síntomas de asfixia.
El Ministerio de Sanidad anunció que envió ocho ambulancias y dos hospitales de campaña a los alrededores del templo para ofrecer asistencia médica, tras comprobar la masiva presencia de fieles y los problemas que están sufriendo algunos de ellos.
Shenuda fue el Papa número 117 de Alejandría desde noviembre de 1971 y lideró a la comunidad ortodoxa que constituye la mayor parte de los cristianos de Egipto. Su funeral se celebrará el martes, informó la prensa estatal egipcia.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió sus condolencias y el Papa Benedicto XVI, líder de los católicos romanos de todo el mundo, ofreció oraciones tras conocer la noticia de su muerte.
Bajo el régimen de Hosni Mubarak, las relaciones entre el gobierno y la Iglesia copta fueron en general buenas, y el Papa era retratado en los medios estatales como un símbolo de la armonía religiosa, a pesar de los brotes ocasionales de violencia sectaria.