SANTIAGO DE CHILE (Agencias).- Chile no quiere cambios en su Constitución. En el Plebiscito Constitucional 2023 que se realizó ayer para someter a la aprobación popular la nueva propuesta de Carta Magna de la Asamblea Constituyente, en esta ocasión de mayoría derechista, el 55,76% de los votos fue para la opción “en contra” y un 44,24% para la alternativa “a favor”, de acuerdo a los resultados del servicio electoral al 99.65% de las cédulas escrutadas.

Más de 15.4 millones de ciudadanos chilenos fueron llamados a participar en la jornada electoral. Anteriormente, la ciudadanía había rechazado de manera rotunda el primer proyecto constitucional redactado por una asamblea, en ese entonces, con predominancia izquierdista en 2022. Con este resultado, se pone punto final al intento de cambiar la Carta Magna heredada de la dictadura de Pinochet y luego del debate constitucional iniciado tras las masivas y violentas protestas de 2019, que generaron destrucción de propiedad pública y privada. Al final, fue por gusto tantos actos de vandalismo y tanto gasto. Queda claro también que el objetivo de cambiar la Carta Magna obedeció a intereses políticos antes que al clamor del ciudadano.

SE CIERRA EL PROCESO

Con la amplia ventaja de casi 10 puntos porcentuales, Chile firmó la continuidad de la Constitución vigente luego de que el presidente Gabriel Boric garantizara que no impulsará un tercer proceso constituyente.

“Con esto, durante este mandato, se cierra el proceso constitucional (...) Nuestro país seguirá con la Constitución vigente, porque luego de dos propuestas constitucionales plebiscitadas, ninguna logró representar ni unir a Chile en su hermosa diversidad”, afirmó Boric.

El nuevo texto, que presentaba una tendencia más conservadora en aspectos morales y económicos, sufrió duras críticas en los últimos días debido a sus polémicas limitaciones a derechos de la mujer y poblaciones vulnerables. Asimismo, la iniciativa contenía la orden de expulsar a los inmigrantes ilegales “lo antes posible”, además de objeciones ante el derecho a huelga y exención tributaria del pago de deudas de primera vivienda.

“Se preveía. Todas las encuestas lo indicaban. Ya no habrá nuevos intentos de nueva Constitución. Al menos por un rato. Pero esto debilita un poco a la derecha, al Partido Republicano, que ha estado detrás de este proyecto. Ellos salen perjudicados, ya que fue una contradicción. Su proyecto original era que no querían nueva Constitución. Al final solo ellos se perjudicaron”, aseguró a Perú21 el internacionalista Francisco Belaunde.