Andrea González: candidata bajo fuego en Ecuador

Andrea González Náder, integrante del binomio que encabezaba el asesinado candidato Fernando Villavicencio, es ahora candidata para las elecciones presidenciales en Ecuador por el mismo partido. Así lo informó ayer el partido Construye a través de un comunicado.

“Andrea González Náder fue la persona elegida por Fernando Villavicencio y por el Movimiento Construye para reemplazar al presidente en caso de ausencia”, dijo el citado movimiento en un pronunciamiento colgado en la plataforma X, antes Twitter. El grupo destacó que la decisión fue aprobada por los órganos directivos. González era la candidata a la vicepresidencia. El movimiento anunciará el nombre del candidato a la vicepresidencia en las próximas horas, añadieron.

Ahora, los reflectores se han dirigido hacia González, quien asume el desafío en una circunstancia difícil para la política interna de su país. Pero ¿quién es esta política que toma las riendas de su partido tras el magnicidio?

LA NATURALEZA, SU PASIÓN

Esta guayaquileña de 36 años es una amante de la naturaleza. Su pasión por la tierra la llevó a estudiar Ingeniería Ambiental en 2005. Nació rodeada de la naturaleza en la hacienda de su abuelo. “Crecí entre Playas y la hacienda entre Quevedo y El Empalme que tenía mi abuelo, una hacienda tequera y ganadera. La primera mordida de un animalito fue de un cusumbo. Crecí entre la teca de mi abuelo, el cocodrilo rescatado, Playas”, le dijo a la Revista Hogar.

La pasión la llevó a la acción. Se convirtió en directora de Ecoverde, una plataforma de comunicación ambiental, y se considera una activista política ambiental.

Luego, decidió ingresar a la política de la mano de Villavicencio, quien ya tenía una larga trayectoria como sindicalista, político y periodista.

Postuló a la Asamblea Nacional sin éxito en 2021, pero no fue electa parlamentaria, como sí resultó su mentor. Así empezó una profunda amistad entre los políticos.

Tras la noticia del magnicidio, González expresó su dolor a través de sus redes sociales. “Mi Fer valiente, no tengo palabras. Tendrás tu calle con tu nombre en Alausí, eso y mucho más. Nos quitaron nuestro presidente valiente. Estoy destrozada. Ecuador no merece perderte así”, dijo a través de su cuenta de Twitter horas después del asesinato. Y luego, cargando un chaleco antibalas, dio una conferencia de prensa en la que aseguró que “Fernando es irreemplazable, para nosotros, para el país, para el futuro de nuestros hijos”.

MUERTE ANUNCIADA

Antes de ser candidato, Fernando Villavicencio ejerció el periodismo, oficio por el cual fue perseguido por el gobierno del expresidente ecuatoriano Rafael Correa. Por sus denuncias presentadas contra el entonces mandatario, el periodista recibió diversas órdenes de prisión en su contra.

Una de ellas, por presuntamente haber publicado información de correos electrónicos hackeados. Esto motivó que abandone su país y viniera al Perú, tierra que lo acogió y donde denunció graves irregularidades del entonces gobierno ecuatoriano.

“¿Qué me obligaba a dejar mi país? Una orden de prisión, bajo acusación de Correa, de haber publicado información ‘secreta’, marcaba mi forzado destino en busca de libertad”, narró en un artículo en la revista Caretas, en agosto de 2017.

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Las investigaciones realizadas por Villavicencio lograron que el Poder Judicial de ese país sentenciara a Correa ocho años prisión, obligándolo a refugiarse en Bélgica, por lo que fue declarado prófugo de la justicia ecuatoriana.

“Prófugo” era la palabra con la que Villavicencio se refería frecuentemente al exmandatario. Ello le costó ser amenazado por Correa en las redes sociales. “Eres un cobarde sinvergüenza. Pronto se te acabará la fiesta”, le advirtió a través de Twitter en noviembre de 2022.

Pero el periodista nunca se arredró ante las amenazas de los políticos y de grupos vinculados al narcotráfico. “Yo no les tengo miedo, que vengan nomás. No le tengo miedo a la muerte, porque yo ya vencí sobre ella”, decía.

Días antes del fatídico atentado había anunciado un destape que generó pánico y preocupación entre sus rivales políticos.

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