Presidente colombiano Gustavo Petro. (Foto de la Presidencia de Colombia)
Presidente colombiano Gustavo Petro. (Foto de la Presidencia de Colombia)

Ha pasado poco más de un año desde que Gustavo Petro asumiera la Presidencia de Colombia de la mano de la coalición “Pacto Histórico”. Se conformó así el primer gobierno propiamente de izquierda en un país hasta ese momento inmune a las olas rojas o rosadas que caracterizaran a la política latinoamericana posterior a la Guerra Fría.

Aunque Petro llegó al poder gracias a múltiples promesas de cambio y decencia, lo cierto es que no pasó mucho tiempo para que le salpicaran una serie de escándalos propios de la política más mundana. Así, su gobierno pareciera estar asemejándose cada vez más al de Pedro Castillo, rocambolesco líder de izquierda peruano al que defendió incluso tras su intentona de golpe de Estado en diciembre de 2022.

LÍOS DE FAMILIA

En agosto, el propio hijo del presidente, Nicolás Petro, aseguró ante la Fiscalía que la campaña de su padre fue financiada con dinero proveniente de actividades ilícitas. Así, en aras de obtener beneficios penitenciarios en el marco de la investigación por lavado de activos seguida en su contra, reveló el financiamiento a la campaña del “Pacto Histórico” del narcotraficante Santander Lopesierra y de Alfonso Hilsaca, acusado de financiar grupos paramilitares.

Aunque el hijo de Petro señaló que su padre no conocía la procedencia de ese dinero, sí afirmó que era consciente del dinero de Euclides Torres, empresario cuestionado por financiar políticos a cambio de contratos públicos. El propio mandatario reconoció que Torres financió uno de esos eventos, aunque escudándose en que este tuvo lugar antes del inicio formal de la campaña presidencial.

Esta semana la Fiscalía remitió copias de las declaraciones de Nicolás Petro al Congreso y a la Corte Suprema. De acuerdo al analista colombiano Enrique Serrano, el saliente fiscal general, Francisco Barbosa, tiene la intención de terminar las indagaciones contra el hijo de Petro antes de fin de año. “Todo indica que será una condena fuerte para Nicolás Petro. Y que se demostrará la conexión con la campaña de su padre”, explicó a Perú21.

¿AMIGOCRACIA?

Justamente la elección del sucesor de Barbosa desencadenó otro problema para Petro. En Colombia, el presidente está autorizado a enviar una terna de candidatos a la Corte Suprema. El problema fue que en la terna remitida por Petro se encontraba el nombre de Amparo Cerón, investigada por el caso Odebrecht.

Si bien Petro intentó corregir el error remitiendo una nueva terna ya sin Cerón, volvió a ser cuestionado por otra de sus ternas, esta vez para la elección de los magistrados de la Corte Constitucional. Esta vez designó como candidatos a funcionarios de su gobierno, lo que encendió las alarmas incluso de Human Rights Watch, por la supuesta falta de independencia que podrían tener de ser elegidos.

ATAQUES A LA PRENSA

El 29 de septiembre, y exigiendo que dejen de “mentirle al pueblo”, un grupo de indígenas tomó violentamente las instalaciones del medio Semana, conocido por sus duras críticas con el actual gobierno. El hecho salpicó al mandatario, que horas después se reunió con ellos en la Casa de Nariño.

Enrique Serrano explicó a este diario que, en Colombia, los indígenas tienen una relación más que amical con Petro, ya que este los habría traído a Bogotá para que participen en una manifestación de apoyo a su gobierno financiada con dinero público.

“Son dueños de beneficios de lo que llaman el CRIC (Consejo Nacional de Indígenas del Cauca). Ese CRIC es muy poderoso y está fuertemente aliado por vía económica con el gobierno. Entonces, al menos una parte de él, actúa como una especie de ejército de protesta para secundar al presidente”, detalló.

RUMBO AL ABISMO

El gobierno de Petro tendrá su primer reto electoral el próximo 29 de octubre, cuando tengan lugar las elecciones regionales y locales en la nación cafetera. De acuerdo a Serrano, las expectativas del oficialismo son magras, lo que podría ocasionar una implosión del “Pacto Histórico”, coalición que califica como “un movimiento artificial que no tiene arraigo verdadero”.

“Ya ni siquiera hacen campaña en muchos lugares, solo en los sitios remotos donde pueden intimidar a la población, pero en las grandes urbes el rechazo a Petro es de más de 63%”, explicó.

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