Cuando conversas con el doctor José Benigno Peñaloza sientes que puedes quedarte horas escuchando y descubriendo historias de todo tipo, principalmente sobre sus hazañas deportivas o sus éxitos en la medicina. Tiene 90 años y respira una vitalidad tal que recuerda, como si fuera ayer, cada una de las escenas que le tocó vivir. Fue uno de los pioneros en tratar la diabetes en el país. Y en su colección registra más de 600 títulos como nadador máster. Actualmente, es el campeón nacional, sudamericano y panamericano. Además, es subcampeón mundial. Gracias a ello es que viajará a Japón entre los días 3 y 11 de agosto para estar presente, por novena vez, en el Mundial de este deporte y competir en las pruebas de estilo libre de los 50, 100, 200, 400 y 800 metros.

Sentado y con su libro de memorias en la mano, Nadar para una mejor vida. Odiseas de un médico peruano en campeonatos mundiales másters (2022), nos recibe para explicarnos la importancia que tiene este deporte en su día a día. También nos cuenta cómo su historia puede ser un ejemplo para cualquier persona y a cualquier edad.

¿Cómo aprendió a nadar?

Cuando era niño tuve la suerte de que mi padre era socio del Club Regatas. Por esos días, todavía no se habían construido las piscinas. Con cierto temor, aproveché para chapotear en la orilla del mar. Siempre veía cómo otras personas se metían hasta el fondo y salían felices o relajados. Me llamó mucho la atención esa alegría. Entonces, un día visitamos las aguas termales de Chancay y ahí es donde comencé a dar. Fueron, como se dice, mis primeros pasos como nadador.

Y ahora, después de varios años inmerso en la piscina, ¿cómo es la preparación que tiene?

Nado tres veces por semana, cronometrando una hora por sesión. Antes nadaba al mediodía y ahora lo hago entre las 8 y 9 de la mañana. Es un horario retador para una persona de mi edad, pero si yo mismo no me pongo retos, no valdría la pena tanto esfuerzo. Hay que tomar en cuenta que la natación es el mejor deporte que existe. Como digo: salva vidas, es saludable y prolonga la vida.

¿Cuál es el secreto que tiene para tener tanta vitalidad? Se le nota como una persona saludable y feliz…

Mi secreto son solo algunos elementos que son básicos para cualquier deporte y la vida misma: deseo, disciplina, desempeño, decisión y disfrutar. Nunca he fumado ni consumido ningún tipo de droga. Me mantengo en mi peso… no soy ni gordo, ni flaco. Trato de comer lo mejor posible, justamente para mantenerme activo. Mi único vicio siempre ha sido el deporte, dedicarme a mi profesión y a mi familia.

¿Qué le recomendaría a alguien que lo ve y escucha, y que quiere seguir su ejemplo?

Tener confianza. Más aún, no tener vergüenza de sentirse viejo para hacer cualquier tipo de actividad. Ahora, si le interesa meterse a los deportes, hay que entrenar bastante, teniendo claro las posibilidades físicas. Y ahora, si no ganas, no importa. Con el simple hecho de competir ya estás ganando bastante. ¡No se asusten, por favor!

Hace poco más de un año publicó el libro Nadar para una mejor vida. Odiseas de un médico peruano en campeonatos mundiales másters (2022). ¿Qué reflexiones le deja?

Precisamente ese libro es un testimonio que quiero brindar sobre mi carrera como médico y sobre cómo llevé una vida sana gracias al deporte. En otras palabras, este libro es un ejemplo para que cualquier persona, y a cualquier edad, se tome en serio no solo el deporte, sino la vida. Uno nace sin saber cuál será su destino, pero todos tenemos un objetivo en la vida.

¿Cuáles son las expectativas que tiene en este nuevo reto mundialista?

Será toda una aventura. Para comenzar, haremos un viaje muy largo de más de 24 horas. Luego, está la dificultad del idioma, la comida y otros detalles que nunca faltan. Fuera de ello, mi idea es dejar el nombre del Perú por todo lo alto. Llegaré como campeón nacional, sudamericano y panamericano y participaré en las pruebas de 50, 100, 200, 400 y 800 metros. Voy al Mundial a competir y, sobre todo, para ser feliz en lo que me gusta.

¿Qué significa ganar para usted?

Sigue siendo muy emocionante, como la primera vez que concursé en el año 2000, en Alemania. Coincidió con que ese día era un 28 de julio, día de la independencia del Perú. Fue curioso porque nadie se animó a juramentar por el país. Yo me animé y fue muy increíble representar a mi país. Sin duda, en la natación encontré una forma de vivir más placentera y de la cual nunca me arrepentiré.

¿Ha pensado en el retiro?

Sí, pero todavía quiero nadar un poco más. Después de participar en el Mundial, estaré en el campeonato Sudamericano y luego creo que recién colgaré los chimpunes, como se dice coloquialmente. Como profesional de la medicina, soy consciente que hasta ese punto puedo llegar… aunque quién sabe si el otro año me anime. No lo sé. Depende mucho de mi salud, pero más que nada de mi estado de ánimo. Por ahora, estoy a tope y con la mira de traer más preseas para el país.

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