32 años de 'la Malasqueña', la genialidad del peruano Eduardo Malásquez en Colombia
32 años de 'la Malasqueña', la genialidad del peruano Eduardo Malásquez en Colombia

A través de la historia del se han anotado goles para todos los gustos: acrobáticos, de larga distancia, de arco a arco, ‘maradonianos’, e incluso combinaciones de ellos, cada uno de ellos considerados joyas que embelesaron a generaciones completas. Uno de ellos se anotó un 14 de noviembre de 1984, hace ya 39 años, de los pies de un peruano.

La conocida como ‘Malasqueña’ fue nombrada así por ser anotado por los pies del peruano Eduardo Malásquez, en su etapa como jugador mientras militaba en el Independiente de Medellín de Colombia, en donde tuvo un gran paso, siendo muy recordado hasta ahora por la hinchada.

¿Tan bueno fue el gol que ameritó tener un derivado del apellido del autor? Pues sí, fue simplemente magnífico y, hoy por hoy, continúa siendo uno de los mejores y más recordados del balompié cafetero.

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Fue en un encuentro entre el DIM, ante el Unión Magdalena, partido clave en la lucha de los de Medellín para acceder a la Copa Libertadores de aquella temporada. El talentoso Malásquez abrió el marcador con una genialidad que dejó a muchos con el grito de gol en la garganta tras una serie de amagues, en donde burló a defensas y al portero.

En 1984 Independiente de Medellin tuvo entre sus filas a tres peruanos: Jorge Andrés "Mango" Olaechea, Eduardo "El Flaco" Malásquez y Franco Enrique Navarro.
En 1984 Independiente de Medellin tuvo entre sus filas a tres peruanos: Jorge Andrés "Mango" Olaechea, Eduardo "El Flaco" Malásquez y Franco Enrique Navarro.

Los 30 mil hinchas que asistieron al estadio Atanasio Girardort fueron testigos de uno de los goles más hermosos del Independiente de Medellín, bautizado por Javier Hernández Bonnet como ‘La Malasqueña’.

Como una revancha, pues Malásquez había desperdiciado un penal en el mismo partido. Un pase por el medio fue alcanzado por el veloz peruano, burlando el intento de la defensa por hacerlo caer en fuera de juego. Amagando al portero, quedó a tiro de gol pero con poco ángulo por lo cual se acercó mucho al arco, nunca nadie se habría atrevido a imaginar siquiera la cantidad de amagues que realizó antes de, finalmente, anotar el tanto.

Estando a solo centímetros de la portería, Malásquez decidió que no era momento de mandarla a guardar, amagando a un defensa que velozmente quiso evitar el tanto lanzándose con toda su humanidad entre el balón y la línea de gol, el tiempo le dio oportunidad al portero de reaccionar y con la misma desesperación, intentó lanzarse entre la pelota y el arco, mientras el narrador rogaba que el peruano pateara al arco.

“Malásquez, Malásquez, Malásquez ¡¡¡¡Métalo!!!”, se escuchaba, mientras el atacante nacional, con toda la paz mental del mundo, una que el estadio completo había perdido ya, pateó suavemente el balón, que se paseó por entre las piernas de otros dos defensas que quedaron atónitos viendo la pelota ingresar al arco. Golazo.