(Crédito: Getty)
(Crédito: Getty)

Desde pequeño crecí con el fútbol. Mi papá, mi barrio, mis amigos, esta cultura en general, me hicieron amar la pelotita. Pero también estuve dispuesto a incursionar en otros deportes. En el colegio, me gustaba la natación, las pruebas de fondo y con el baloncesto tuve una experiencia más cercana.

Mi buen amigo Jaime, desde la primaria, hablaba de la NBA, de Los Angeles Lakers, del gran . Y no solo era historia y teoría: Jaime jugaba básquet como un profesional. Pasaba la bola entre sus piernas con agilidad y encestaba en el aro que le quedaba lejísimos por su corta estatura. Gracias a Jaime, me convertí en fanático de Michael Jordan, de los Chicago Bulls, de LeBron James y los Cleveland Cavaliers. Creamos una rivalidad amistosa cada vez que jugaba Cleveland contra los Lakers de Kobe.

Aunque no me gustaba admitirlo frente a Jaime, me volaba la cabeza la manera de jugar del número 8 y luego 24. No solamente era una maestro filtrando pases imposibles entre las torres de sus oponentes, también penetraba hasta el aro con fuerza y elegancia. Era un gran anotador, de tres y dos puntos. Hasta ahora, su nombre aparece en la lista de los basquetbolistas con más puntos en la historia, siendo el cuarto, un escalón menos que LeBron.

Ganó cinco anillos, fue dos veces MVP de las finales, hizo historia junto a Shaquille O'Neal a inicios del 2000, consiguió dos oros olímpicos con Estados Unidos, hasta obtuvo un Oscar por su cortometraje animado 'Dear Basketball', y si continúo con la lista de premios este texto jamás acabaría. Fue el segundo mejor escolta de la NBA, codeándose junto al inmenso Jordan.

Pocos saben que Kobe vivió en Italia cuando era chico. Allí aprendió a hablar italiano y español, y se enamoró del fútbol. Sí, Kobe también la conocía e, incluso, confesó que era hincha del Barcelona y de Ronaldinho. Por eso el brasileño sintió tanto su fallecimiento, eran buenos amigos.

La partida de Kobe duele porque aún tenía mucho para dar, pese a estar ya fuera de las canchas. Su Oscar demuestra que era un genio en muchos ámbitos. Pero se fue así nomás en un accidente junto a su hija Gianna, que prometía ser la mejor basquetbolista en algunos años.

Hay leyendas del deporte que trascienden todas las disciplinas. No importa que seas un amante del fútbol, del tenis o el golf; si te apasionan realmente los deportes, reconocerás que existen figuras cuya historia perdurará todo el tiempo de la humanidad. Kobe Bryant será por siempre una de ellas. Es una estrella que ahora brilla en el firmamento.

(Crédito: Getty)
(Crédito: Getty)