LA ARTISTA AREQUIPEÑA DIO EL SALTO DEL TEATRO AL CINE EN REDENCIÓN, UNA PRODUCCIÓN DIRIGIDA POR MIGUEL BARREDA. ESTA ES SU VIDA Y OBRA.
LA ARTISTA AREQUIPEÑA DIO EL SALTO DEL TEATRO AL CINE EN REDENCIÓN, UNA PRODUCCIÓN DIRIGIDA POR MIGUEL BARREDA. ESTA ES SU VIDA Y OBRA.

A el arte la movió desde niña y desde muy joven convirtió el en su hogar. Empezó a formarse a muy temprana edad mediante talleres en su natal Arequipa hasta salir de su zona de confort: dio el salto al cine en el drama , de Miguel Barreda, en el papel de Luisa, una joven adolescente marcada por una incómoda realidad: la violencia contra la mujer.

¿Qué ha significado para ella interpretar a una joven marcada por el maltrato? La actriz nos cuenta esto y más detalles de su carrera.

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¿Cómo nace tu inclinación al arte?

Empecé muy joven. Hice teatro desde los 13 años y, al salir del colegio, me formé mediante talleres en Arequipa. Me inspiró ver el programa Teatro desde el teatro, así que investigué y me lo propuse. El arte siempre estuvo presente en mi vida, fui terca y no desistí.

¿Cómo lo tomó tu familia?

Tengo familiares músicos, tíos abuelos que tenían sus grupos musicales. Siento que la vena artística siempre ha estado presente, pero nunca la dejaron florecer, lo veían como entretenimiento. Fui la oveja negra en mi familia y me decidí por el teatro; aunque traté de estudiar otras cosas, solo el arte me movió.

¿Cómo llegaste al cine desde el teatro?

Venía haciendo proyectos teatrales desde 2016. Escuché de Miguel Barreda por películas como La cantera. Lo conocí en un casting para la obra Troyanas. Ahí empecé a trabajar con él. Luego tuve un proyecto audiovisual algo más corto con él, porque es muy interesante trabajar con Miguel, permite poner lo tuyo en el papel, algo propio en cada interpretación.

“Hay muchos artistas en Perú que no confían en sus talentos. Hay que trabajar con ellos para que los descubran y los desarrollen”.
“Hay muchos artistas en Perú que no confían en sus talentos. Hay que trabajar con ellos para que los descubran y los desarrollen”.

¿Luego de eso llegaste a Redención?

Sí, me envió el guion, que era una historia fuerte. Luisa es un personaje opuesto a mí en varios aspectos y me gustó la idea. Entonces fui a los castings y a finales de 2021 me dan el papel. Así llega mi primer largometraje.

¿Imaginaste llegar al cine?

Hasta el momento no asimilo la magnitud de haber llegado al cine, aunque es regional, tal vez con menos alcance del que uno quisiera, no tan comercial quizá. Sé que tengo mucho por trabajar y lograr, pero ha sido un gran paso, uno bonito que pude realizar en mi tierra, significa mucho para mí.

Casi toda la producción era de Arequipa.

Sí y se siente bonito, descentralizar el arte, saber que hay más en otras regiones. Hay muchos artistas que trabajan por su cuenta y no llegan a ojos y oídos de Lima, pero hay grandes movidas culturales en muchas regiones que a veces no son tan valoradas.

¿Cómo te preparaste para ser Luisa?

Es una adolescente que se muestra fuerte, que no le importa nada, porque pasó por muchas cosas en su vida, como la violencia, y se obliga a verse inexpugnable. Pero por dentro es muy vulnerable, siente que nadie más que ella misma la protege. Lamentablemente, las mujeres vivimos violencia a causa de un machismo arraigado, es complicado aceptarlo y comencé desde ahí, para comprender a Luisa y su historia, e interpretar sus acciones y reacciones.

¿Cómo fue dejar de ser Lucero para ser Luisa?

Tuve que informarme de casos de violencia en familias, de fanatismo religioso en donde hubo tipos de violencia e imaginar que era protagonista de estos casos. Fue complicado y fuerte, pero así pudimos crearla.

¿Hay muchas Luisas en el Perú?

Claro. Es decir, no creo que al nivel de irse a vivir con desconocidos como en la película, pero que hay muchas niñas y adolescentes vulneradas por sus propios familiares, los casos existen. Hay mucho abuso contra las mujeres y no se visibiliza del todo en nuestra sociedad y hay que trabajar mucho para sacarlo de raíz. Ninguna mujer debería pasar por lo que Luisa pasó.

“Hice teatro desde los 13 años de edad. Me inspiró ver el programa Teatro desde el teatro, así que investigué y me lo propuse”.
“Hice teatro desde los 13 años de edad. Me inspiró ver el programa Teatro desde el teatro, así que investigué y me lo propuse”.

¿La película es un llamado de atención?

Los artistas no tenemos la obligación de llamar la atención a las personas, sino mostrar lo que pasa en la sociedad, que sienta la realidad que no se ve y que el público tome sus decisiones. No podemos obligar a la gente que piense diferente ni decidir por ellos. Redención es un recuerdo para la gente de que hay cosas que pasan en la sociedad que deben parar, como la violencia contra las mujeres y sus consecuencias.

¿Qué le dirías a Luisa?

Que no está sola y puede salir de esto. También le diría que se quiera y se respete, a veces se nos olvida esto y terminamos tomando caminos equivocados.

¿Qué proyectos tienes a futuro?

Estoy enfocada en la pedagogía ahora. No planifico mucho, cada proyecto llega en el momento ideal. Me sigo formando y creciendo personalmente.

¿Cuál es tu sueño?

Abrir una escuela de arte, retribuir con lo que estoy aprendiendo a Arequipa y que la gente no tenga que abandonar su tierra para hacer lo que le gusta y llevar esta idea a pueblos lejanos donde hay artistas que no explotan sus habilidades.

¿Hay artistas que no saben que son artistas?

Sí, claro. ¿Cómo sabes si eres artista si no tienes el arte a tu alcance? Yo descubrí mi pasión en un taller de teatro en el colegio. Hay muchos artistas en Perú que no confían en sus talentos, hay que trabajar con ellos para que los descubran y los desarrollen. Hay que ofrecer oportunidades para los artistas y sus dones. El arte cambia vidas.


Autoficha

  • Soy Lucero López Ponce, actriz nacida en Arequipa. Tengo 24 años y hago teatro desde los 13 años. Me estoy especializando en pedagogía artística, para inculcar el arte en los más pequeños. Siento que el arte cambia vidas y a la sociedad; ese es mi impulso para continuar
  • Dar el salto al cine con la película Redención me enriqueció profesionalmente, me ayudó a crecer en varios aspectos en los que no pensé que podía crecer. Me ayudó a valorar mi trabajo y confiar en mí misma. Fue una gran y bonita experiencia con un grupo humano maravilloso
  • Me gustaría llevar el arte a cada rincón, porque cambia vidas, nos cambia como sociedad, y nos impulsa. En muchos lugares se llevan talleres de arte a los reformatorios, cárceles o se usa como terapia. No somos conscientes de la magnitud que tiene el trabajar con arte y lo vemos como un pasatiempo