Entrevista con Giuliana Rospigliosi, cofundadora de Ecoladrillos.
Entrevista con Giuliana Rospigliosi, cofundadora de Ecoladrillos.

Después de dedicar varios años a la vida corporativa, Giuliana encontró un vacío en su vida. La rutina de 8 horas en oficina no la satisfacía. Como muchos antes que ella, viajó a la India en busca de la iluminación. “La vida es un camino que cambia según los conocimientos que adquirimos”, me dice. Sus aprendizajes la ayudaron a hacerla más consciente sobre sus acciones. Es ahí cuando decidió que debía emprender Ecoladrillos para ayudar al medio ambiente.

¿Qué es un ecoladrillo?

Es una botella de plástico PET transparente, rellena de todos los residuos que no se pueden reciclar. Funciona como material de relleno. Igual tienes que hacer vigas o columnas si vas a hacer una estructura grande. Puedes rellenar un muro o una pared. No existe la tecnología para reciclar algunos plásticos como las bolsas que terminan en el río o en el mar, luego se lo comen los peces y luego terminan en nuestros ceviches. Al final, es la radiografía de lo que consumimos.

¿Cuál es su rol en este proceso?

Somos una asociación sin fines de lucro fundada por tres mujeres. Cada una especialista en temas diferentes. Este es un concepto que ya existía, no lo hemos inventado nosotras. Nosotras empezamos acá y lo formalizamos como asociación. Nuestro objetivo es educar a que la comunidad se haga cargo de los residuos. Es fácil dejar todo para que venga el camión y te olvidas. Pero ¿qué pasa si tomamos más conciencia nosotros mismos y no esperamos que lo hagan por nosotros? El primer paso es separar los orgánicos o haciendo compostaje. La basura orgánica representa el 58% de la basura a nivel nacional.

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¿Cuál es el siguiente paso?

Separar los reciclables y dejarlos lavados para que la municipalidad de tu distrito los recoja cuando lo tenga programado. Hay municipalidades que no cuentan con ese servicio, pero hay empresas como Sinba que pueden pasar a llevarse los reciclables de tu casa a un precio, y si lo haces con tus vecinos en grupo es más barato.

¿Y dónde entra el ecoladrillo?

Los ecoladrillos se hacen con lo que no se puede reciclar. Con un cucharón ayudo a compactar todos esos plásticos en una botella. Si sabes cómo reciclar y segregar los residuos, tu basurero va a estar casi vacío. El ecoladrillo es importante porque cada uno se hace responsable de sus residuos. Cada uno hace el ecoladrilllo. Al final es la radiografía a de lo que consumimos. La idea no es consumir para hacer ecoladrillos, sino ver tu consumo, cambiar hábitos. Por ejemplo, hacer tu propia mayonesa en vez de comprar. No comprar más de lo que necesitas. Volver a lo que antes hacían nuestros abuelos, antes de que existiera el plástico. El mejor ecoladrillo, y este es nuestro lema, es el que no se tiene que hacer.

Tú estudiaste administración hotelera. ¿Cómo pasaste a lo socioambiental?

La vida es un camino que cambia según los conocimientos que adquirimos. Estudié administración hotelera y cocina. Luego, fui al mundo del marketing en medios de vía pública a nivel nacional. Pero llegó un momento en el que me di cuenta de que no quería estar en una oficina 8 horas sentada. Quería algo que me llene más. Me fui 4 meses de viaje. Me fui a la India a hacer un profesorado de yoga. Me fui de viaje con Andrea Zavala, que es mi socia. Ella estaba en el tema de bioconstrucción y me contó todo sobre los ecoladrillos. En ese momento supe que teníamos que hacer algo, no podía ser que nosotras sepamos esto y nadie más.

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Sobre este profesorado que tienes, ¿cómo utilizas lo aprendido en el yoga en lo que haces actualmente?

La conexión va por el autoconocimiento. En el yoga trabajamos mucho la respiración consciente. Respiramos todo el día sin saber que respiramos hasta que lo hacemos y eso nos permite crecer. El tema del reciclaje es un nivel de consciencia de saber por qué haces algo. Además, tiene un mismo fin que el yoga, que es cuidar la madre tierra que va a quedar para nuestros hijos y sus hijos. El yoga te mete en un nivel de consciencia con tu cuerpo, el cuerpo es nuestro templo, pero el planeta también es nuestro templo, por eso el reciclaje te permite elevar el nivel de consciencia.

¿Siempre has tenido esta consciencia medioambiental?

No. ¡Yo he sido plástica como todos! Siempre tuve la conciencia de no botar la basura por la calle o el carro. Me indigna ver las calles sucias, pero siempre fui una persona plástica. Es infinito el barrido desde que tomas la consciencia de lo que está sucediendo.

¿Cómo despierta este deseo en ti?

Es gracias a una moda actual que es hablar sobre lo que pasa en el mundo, el cambio climático, las islas de plástico, el calentamiento global, extinción de animales. Mi primer cambio sostenible fue dejar de comer carne por la huella de carbono que tiene la industria alimenticia. Es la forma de contribuir con el medio ambiente. No soy una activista que te dice que no, pero me gusta observar y ver de qué manera puedo ayudar.

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¿Qué te gustaría que hubiera en nuestro país para favorecer el reciclaje y reducir el daño ambiental?

Un tema es la información y educación. Pero también está el hacer bien las leyes. Por ejemplo, las bolsas en los supermercados ya no son gratis, pero tienes bolsas de frutas y la gente lleva de más para cargar sus compras. Son detalles, pero se deben terminar de hacer las acciones completas. Dentro de las instituciones del Estado hay muchos que tratan de que el barco avance y hay otros que buscan retrocederlo.

¿Y cómo ves a la sociedad en ese cambio?

Lo lindo es que cada vez hay más organizaciones. Más gente que quiere educar, más blogueros, influencers, que transmiten el mismo mensaje. Pertenezco a un chat con ambientalistas porque compartimos todo tipo de información, inclusive lo que se hace en el gobierno. Como ambientalista es importante aprender, informarse y tomar acción.

AUTOFICHA

“Nací en Lima el 10 de marzo de 1985. Soy Administradora hotelera y afines, con experiencia en comunicaciones y medios. En el 2017 di un giro en mi vida y obtuve un profesorado de yoga en la India; rol que he consolidado con el activismo social y ambiental como cofundadora de Ecoladrillos Perú”.

“La basura orgánica son desechos de todo lo que sale de la tierra. Todo lo que desechas cuando cocinas. Por lo general lo desechamos, pero tiene un gran valor. Puede darle vida a la tierra muerta. Imagínate en Lima que es un desierto, es mágico lo que se puede hacer”.

“Es una forma de capturar los residuos no reciclables. Limpios, secos y compactarlos dentro de la botella, hasta que quede dura y funcione como material de construcción. Se debe compactar muy bien con plástico limpio, para que no salgan gusanos o apeste”.

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